Luego del show de luces previo y el emocionante himno entonado por la cordobesa Anastasia Amarante, llegó la hora de la verdad y el comienzo de la undécima edición de la Supercopa Argentina. Lejos de amedrentarse en su debut en la competencia, Estudiantes de La Plata estuvo atento para capitalizar su primera acción de riesgo. Santiago Ascacíbar abrió hacia Javier Altamirano, que dejó correr la pelota para Edwuin Cetré. El centro del delantero colombiano fue preciso y encontró la aparición de Javier Correa, que le ganó la espalda a Leandro González Pirez y cabeceó a la red para abrir el marcador. Su gol a los tres minutos de juego se convirtió en el más rápido en la historia del certamen.
Dos intervenciones cruciales de Matías Mansilla ante un cabezazo de Paulo Díaz y un remate de Miguel Borja aplacaron la reacción inmediata de River. La elección de Martín Demichelis por una formación con intérpretes mayormente ofensivos (Ignacio Fernández y Esequiel Barco como generadores de juego Pablo Solari y Facundo Colidio en los extremos, y Miguel Borja en el rol habitual de centrodelantero) tuvo el efecto negativo de la soledad de Matías Kranevitter, que debía cubrir un espacio sustancial para proteger a la línea de cuatro defensores. De hecho, Estudiantes volvió a avisar a partir de una habilitación de Altamirano hacia Correa, que exigió a Franco Armani con un zurdazo al cuerpo.
La entrada de Santiago Simón por González Pirez fue la apuesta de Demichelis en el entretiempo y estuvo próxima a darle rápidos dividendos a partir de un quite perfecto del mediocampista devenido en lateral sobre Cetré y un posterior inicio de contraataque que finalizó con una atajada de Mansilla ante un intento de Colidio. Sería el anticipo de un inicio completamente dominante de River, que avanzó en el terreno de juego mediante combinaciones fluidas entre sus distintos intérpretes y atrincheró a Estudiantes en búsqueda del empate que le devolviera la ilusión de una nueva consagración en la Supercopa Argentina.
Un zurdazo del ingresado Claudio Echeverri exigió otra gran respuesta de Mansilla, estoico para sostener el triunfo parcial de Estudiantes. Sin embargo, motivado desde el impulso eléctrico del joven mediapunta, River alcanzó el empate cuando restaban disputarse diez minutos. Una pared entre Solari y Simón finalizó con un buscapié del delantero que se desvió en Zaid Romero e impidió cualquier atisbo de reacción por parte del arquero de Estudiantes. Desahogo en las cabeceras ocupadas por los hinchas del Millonario y el quiebre de una estadística peculiar en la Supercopa Argentina: por primera vez en diez ediciones (la novena está pendiente de disputa) convertían ambos equipos.
Le quedaba una carta a Demichelis en el banco de suplentes: Aliendro. Subcampeón de la Copa Argentina con Atlético Tucumán en 2017, el mediocampista central reemplazó a Colidio para rearmar la zona central en el minuto 43 del segundo tiempo. Sin embargo, su injerencia en el encuentro sería determinante ya que, luego de recibir la pelota de Echeverri, sacó un bombazo inatajable que se convirtió en el gol de la remontada y selló la tercera coronación de River en el certamen, cifra que le permitió superar a Boca y quedar como único líder en el palmarés.
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