El desplome de los precios del petróleo de este lunes encendió todas las alertas en el Gobierno y en el sector. Con los niveles actuales, dan por hecho que los proyectos en los yacimientos no convencionales de Vaca Muerta —que ya venían en baja— serán directamente “inviables”. El barril de Brent, el precio internacional que se usa de referencia en la Argentina, arrancó la jornada con una caída de 29% y se ubicó en los USD 33, el mayor descenso desde 1991. A media mañana los descensos se habían moderado un poco hasta el 22% y los USD 35 por barril.
“Las inversiones se van a detener. A estos precios no hay forma de justificar económicamente la inversión”, explicó a Infobae uno de los principales consultores de empresas petroleras. Varias fuentes aseguran que con un barril internacional por debajo de los USD 50 es imposible avanzar con proyectos de producción, pero la cifra es estimada y depende de cada empresa. “Es distinto para las empresas según en qué etapa están de inversiones, de infraestructura, de su curva de aprendizaje, reducción de costos y la escala. Pero a estos precios probablemente ninguna inversión en petróleo sea rentable, ni convencional o no convencional. Sin duda, hay mucha preocupación”, agregó el especialista.
El foco ahora estará en la discusión que tendrán entre las refinadoras y las productoras de petróleo a la hora de definir el precio que se paga localmente, alineado al precio internacional. “Ya había una discusión previa sobre precios porque con la devaluación permanente que hay de la moneda local y los precios que están fijos desde hace meses, los precios del petróleo interno tenían que bajar un poco. Ahora vendrá otra discusión”, señaló.
Para ver definiciones, hay que esperar algunos días. “Estamos en una situación de pico de fiebre y hay que ver cómo sigue esta historia en los mercados internacionales. Obviamente que si los precios se mantienen bajos las decisiones de inversión se van a postergar y la producción va a caer”, estimó Gerardo Rabinovich, vicepresidente del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi.
En el caso de la producción de petróleo convencional viene en declinación hace varios años. En Vaca Muerta, donde la producción es no convencional por las características propias de la explotación es más rápida la reacción a la hora de dar de baja la producción o de postergar inversiones", advirtió Rabinovich.
“Actualmente, el precio del petróleo en la Argentina está alineado con el precio internacional. Salvo que el Gobierno saque una resolución que decida compensar a las petroleras, el precio local tendría que bajar. Aunque no es algo automático ni tampoco inmediato porque hay que ver cómo evolucionan los precios, pero si se estabilizan en un piso de USD 30 debería bajar y verse reflejado en los precios de los surtidores”, aclaró.
Un antecedente de precio local del petróleo fue el llamado “barril criollo” que se implementó a fines de 2014, en el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y en ese momento a USD 77, de esta forma se buscaba “blindar” a la producción local de una baja del precio internacional.
En los años anteriores, entre 2003 y 2014, a través de distintos mecanismos, los precios locales del crudo se habían mantenido más bajos que la referencia internacional que superaba los USD 100. A partir de mediados de 2014, el barril Brent comenzó a cotizar por debajo del precio local. En 2017, ya el gobierno de Mauricio Macri se fue nuevamente hacia los precios internacionales.
Desde una de las compañías productoras anticiparon que con estos movimientos las refinadoras —que procesan el petróleo— van a presionar para conseguir un margen mayor. “Lo de hoy fue grave, pero es una tendencia que se viene sintiendo. Sin precio no hay Vaca Muerta. Se va frenar aún más. Simplemente eso”, analizaron desde una de las empresas que opera en la zona. ¿Qué se puede hacer? “Buscar algún acuerdo como se hizo en el pasado entre productores y refinadores para encontrar un precio mínimo de crudo local y que no se frene todo. Alguna alternativa que estimule la producción local”, señalaron. Pero por el momento no hay ningún indicio de que el Gobierno avance con alguna propuesta que vaya en ese sentido.
La preocupación, claro, no es solo de las empresas, también de los gobiernos de las distintas provincias donde se desarrolla actividad petrolera, que verán recortados sus ingresos por regalías, lo que puede tener un impacto en el corto plazo en su situación social y económica.
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