“En la opinión del equipo técnico (del Fondo Monetario Internacional), el alivio de la deuda necesario debería reducir las necesidades de financiamiento bruto de Argentina a un promedio de alrededor del 5% del PBI, y no superior al 6 % del PBI para cualquier año en el mediano y largo plazo”.
Es referencia al monto se señala que “el alivio en el servicio de la deuda en moneda extranjera necesario oscila entre u$s55 y u$s85 mil millones durante la próxima década”.
Así lo señala una nota del staff técnico del FMI en lo que constituye un nuevo y fuerte respaldo a la negociación que el país está llevando adelante con los acreedores privados.
También se conoció una declaración de Kristalina Georgieva, Directora Gerente del FMI, en la que señala que” teniendo en cuenta la capacidad de servir deuda y el peso actual de la deuda del país, será necesario un alivio substancial de los acreedores privados para restablecer la sostenibilidad con alta probabilidad de la deuda”. Más aún, Giorgieva sostiene “alentamos a un proceso de negociación colaborativo entre Argentina y sus acreedores privados con el objetivo de alcanzar un acuerdo que conlleve una alta participación”.
“A pedido de las autoridades argentinas, y en estrecha colaboración, el personal del Fondo”, según señala un comunicado del organismo, se publicó una nota técnica sobre la sostenibilidad de la deuda pública de Argentina. Dicha nota presenta la visión del personal técnico del organismo multilateral – no necesariamente representan la visión del Directorio Ejecutivo del FMI - sobre un marco macroeconómico factible y sobre la capacidad de sostener deuda de Argentina a mediano y largo plazo.
Apoyo
No resulta casual que se conozca este informe una hora antes que el ministro de Economía, Martín Guzmán brindara su primera presentación vía webcast donde se conocerá una actualización sobre el desarrollo macroeconómico de la Argentina. Esto fue interpretado por los especialistas con un fuerte apoyo del FMI a la Argentina.
Aunque como se señala en la carta que emite la titular del organismo el análisis no “representa necesariamente la opinión del Directorio”.
Georgieva manifestó que “cuidar a las personas más vulnerables en Argentina y abordar la difícil situación económica del país han estado entre las prioridades más altas del presidente Alberto Fernández desde que asumió su cargo”. Tras este reconocimiento, afirma que “atender estos problemas se ha vuelto aún más apremiante a la luz de la pandemia del coronavirus y dado su importante impacto económico y sobre la salud pública”.
La nota técnica, que presenta la visión sobre la capacidad de sostener deuda del país en el mediano y largo plazo, “está destinada a servir de guía a las partes involucradas en la compleja situación de la deuda argentina.” Al respecto, Giorgieva reiteró, como ya señalara en otras oportunidades el Fondo, la necesidad de “un alivio substancial de los acreedores privados para restablecer la sostenibilidad con alta probabilidad de la deuda”.
La número uno del FMI asimismo adelantó que “nuestro personal técnico seguirá cooperando estrechamente con las autoridades argentinas, y en particular con el Ministro Martín Guzmán y su equipo, durante estos momentos difíciles”. Al respecto, Giorgieva evaluó que “las autoridades han estado tomando importantes medidas para contener la propagación del coronavirus y proteger a la población de sus efectos perjudiciales”.
Y concluyó su declaración afirmando que “es importante enfatizar que nuestra prioridad es, y seguirá siendo, la de apoyar a la recuperación de Argentina y a la protección de los grupos más vulnerables. En última instancia, nuestro objetivo es ayudar a sentar las bases para una economía estable y próspera que pueda crear empleos y elevar el nivel de vida en beneficio de todos los argentinos.”
Recorte
La nota técnica precisa que “la deuda pública de Argentina, que se situó cerca del 90 por ciento del PBI a fines de 2019, es insostenible. Es decir, que el superávit primario requerido para reducir el presente nivel de deuda pública y las actuales necesidades de financiamiento bruto hacia niveles manejables y consistentes con un crecimiento potencial satisfactorio, no es económica, ni políticamente factible”.
Al respecto evalúa que “restablecer la sostenibilidad con alta probabilidad de la deuda pública requerirá de una decisiva operación de deuda, con una contribución apreciable por parte de los acreedores privados, que reduzca el nivel de deuda y las necesidades de financiamiento bruto hacia niveles consistentes con la capacidad de sostener la deuda de Argentina”.
En la opinión del equipo técnico, el alivio de la deuda necesario debería reducir las necesidades de financiamiento bruto de Argentina a un promedio de alrededor del 5 por ciento del PIB, y no superior al 6 por ciento del PBI para cualquier año en el mediano y largo plazo.
El documento aclara que “si bien esto está por debajo de la capacidad de sostener deuda de algunos mercados emergentes, Argentina tiene una base de exportación particularmente baja y estrecha, así como un sistema financiero interno poco profundo”.
Considerando la “capacidad limitada de Argentina para generar divisas y sus bajos niveles actuales de reservas, el equipo técnico ve la necesidad de mantener el servicio de la deuda en moneda extranjera alrededor del 3 por ciento del PIB a mediano y largo plazo”.
Además de alcanzar las metas de las necesidades de financiamiento bruto y del servicio de la deuda en moneda extranjera mencionadas, los técnicos sostienen que “una operación de deuda debería también estabilizar con alta probabilidad el cociente de deuda / PIB, de modo que para 2030 haya un cierto margen en relación a los niveles de deuda a partir de los cuales se originaron las crisis de deuda en el pasado en Argentina”.
El marco de referencia macro "factible" del equipo técnico precisa que se basó en “los anuncios de políticas en términos generales por parte de las autoridades, dado que el contenido preciso de su agenda de políticas aún no se ha dado a conocer”.
El documento contempla una caída del 2,3% del PBI para el año en curso con una recuperación una suba del 2.2 para el 2021.
El marco de referencia factible, que se basa en datos y anuncios de políticas al 15 de marzo de 2020, prevé una recuperación económica moderada, condicionada a que los efectos adversos de la pandemia del coronavirus se disipen hacia fines de este año, junto con un proceso gradual de desinflación y consolidación fiscal a mediano plazo.
Específicamente, el trabajo señala que “después de una moderada expansión fiscal para hacer frente a los efectos de la pandemia, el marco macroeconómico prevé alcanzar un superávit fiscal primario del 0,8 por ciento del PIB para 2023, aumentando aproximadamente 1,3 por ciento en el largo plazo, consistente con el mantenimiento de superávits comerciales y una mejora de la cobertura de reservas internacionales”. Y agrega que el equipo técnico del Fondo “cree que se puede desarrollar e implementar un conjunto de políticas para lograr este escenario”.
Escenarios
Los técnicos del Fondo consideraron distintos escenarios para sus cálculos. Dependiendo del escenario supuesto, “el alivio en el servicio de la deuda en moneda extranjera necesario oscila entre u$s55 y u$s85 mil millones durante la próxima década”.
El extremo inferior de este alivio está asociado con el escenario que supone condiciones de financiamiento más favorables para cumplir con los pagos adeudados al Fondo Monetario Internacional y a otros acreedores oficiales.
Para cumplir con las obligaciones de los acreedores si Argentina lograra una restructuración a una tasa del 9% y una madurez de tres años los servicios de la deuda deberían reducirse entre 80 y 85 mil millones de dólares.
Un segundo escenario contempla una tasa de interés promedio del 7 % anual y un plazo de 5 años; en este caso el recorte debería ser de entre 70 y 75 millones de dólares.
Por último, con una tasa del 5% y un plazo de 7 años el descuento sería de 50 a 55 mil millones de dólares.
Sin margen
El análisis del equipo técnico muestra que hay muchas combinaciones de parámetros de reestructuración de la deuda, entre ellas reducciones del valor nominal, extensiones de vencimiento, períodos de gracia y recortes de las tasas de interés, que podrían proporcionar el alivio mínimo requerido en el servicio de la deuda en moneda extranjera que aseguran que relación deuda/PIB caiga con alta probabilidad.
Naturalmente, los técnicos sostienen que “la elección de estos parámetros de reestructuración de la deuda es una cuestión a considerar por las autoridades y sus acreedores privados”. Pero, en lo que es una afirmación no menor para la posición negociadora de la Argentina, considera que “cualquier reestructuración deberá reconocer que prácticamente no hay margen para el servicio de la deuda en moneda extranjera en el corto y mediano plazo”.
Por último, los técnicos advierten que “el análisis del equipo técnico está sujeto a considerables riesgos a la baja”. El riesgo principal a corto plazo se relaciona con un impacto negativo más fuerte y prolongado de lo previsto de la pandemia del coronavirus, con efectos aún más adversos sobre la economía global y la Argentina.
Además, el marco macroeconómico factible que se supone depende de manera crítica de la implementación firme de la agenda de políticas asumida. Por último, existen riesgos operativos asociados con el proceso de reestructuración de la deuda que pueden impedir alcanzar un acuerdo consistente con una alta participación de los acreedores privados.
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