En ese marco, los vencimientos de las letras más cortas (a 27 días) subieron 70 puntos porcentuales hasta el 27,15% desde el 26,45% registrado en la jornada previa.

Según fuentes de la autoridad monetaria, el BCRA colocó en la jornada Lebac por un total de $ 11.500 millones, principalmente en los plazos de noviembre, enero, febrero y mayo, intentando así absorber más pesos de la plaza con el objetivo de morigerar la inflación núcleo (no tiene en cuenta precios estacionales y regulados).

Así, convalidó subas de hasta 85 puntos porcentuales en las tasas de plazos más largos, llevándolas por encima de los rendimientos de los plazos más cortos.

En consecuencia, la tasa de a 27 días (septiembre), quedó en el 27,15%; la de 55 días (octubre), en el 26,80%, y la de 83 días (noviembre), en el 26,90%.

A partir de diciembre, todos los rendimientos subieron por encima del 27%: la tasa para el plazo de 118 días aumentó a 27,20%; mientras que los retornos del resto de los plazos (de enero a mayo, es decir, 146, 181, 209, 247, y 265 días, respectivamente), terminaron en el 27,35%, consignaron en el mercado.

"El Banco Central reconoce con esto el problema de que, a pesar de que subía las tasas cortas, no había efecto sobre las expectativas de inflación. Ahora decidió tener una política notoriamente contractiva", comentó el portfolio manager de Consultatio Asset Management, Belisario Álvarez de Toledo.

"Lo que se ve ahora es que el sendero de baja de tasas va a ser mucho más bajo y lento de lo que se pensaba inicialmente", agregó.

La semana pasada, luego de la subasta mensual de Lebac, el BCRA ya había activado la "aspiradora", y a través de la venta de Lebac en el mercado secundario había absorbido otros $ 42.000 millones (además vía colocación de pases pasivos, contrajo otros $33.000 millones).