“El Gobierno está evaluando distintas medidas tributarias para hacer frente a la crisis”, aseguraron fuentes oficiales. Es que la decisión de endurecer la cuarentena obligando a que prácticamente todo el mundo se quede en sus casas, generará perjuicios económicos concretos a vastos sectores de la sociedad.
Los empleados en relación de dependencia, aquellos que perciben planes sociales o son beneficiarios de la AUH y los jubilados y pensionados, podrán contar con sus ingresos, aunque éstos, en algunos sectores sean insuficientes.
Pero existen según cifras del Ministerio de Desarrollo Social, casi un millón de argentinos cuentapropistas que viven “día a día”, con un universo de casi 2 millones de monotributistas. Estas personas se encontrarán en sus casas, pero sin plata. Muchos de ellos ni siquiera tienen una tarjeta de crédito con el cual poder comprar comida.
Esta situación, desde ya, es mucho más grave en distintas provincias del país donde existe una alta proporción de empleados públicos, pero con una gran mayoría en la economía informal. Argentina hace décadas que arrastra una economía “en negro” del orden del 35%.
El problema es “como llegar a estos sectores con una ayuda monetaria”, se preguntan en más de un despacho del Gobierno. Por eso, se especula que una de las medidas que se podrían anunciar es la suspensión del pago de los impuestos municipales o la postergación o suspensión del pago de los servicios, o que puedan viajar gratis, todo por un tiempo acotado. Es que, si se extienden por dos semanas la cuarentena, estos sectores, como por ejemplo, choferes de taxi, gasistas, plomeros, manicuras, profesores, servicio doméstico entre otros, aunque no quieran, se verán en la disyuntiva de “eventualmente contagiarse o comer”.
Fuentes oficiales adelantaron a un prestigioso medio que el Gobierno estudia “la postergación del pago de algunos impuestos” y se contemplaría particularmente la situación de los monotributistas.
Es de esperar que también se contemple postergación de impuestos, o baja de impuestos a numerosos sectores productivos, desde pequeños comercios a empresas pymes.
La pandemia ya viene afectando duramente las escasas ventas, muchas empresas ya cargan con altos niveles de endeudamiento, otras apenas llegan a pagar las obligaciones. El coronavirus puede representar la quiebra de muchas empresas que no podrán hacer frente a sus obligaciones cuando no pueden trabajar.
Cabe recordar que el paquete de ayuda anunciado no contempló a casi dos millones de contribuyentes integrados por monotributistas, autónomos y pequeñas empresas, según señalan especialistas en temas tributarios.
El Gobierno también estableció una serie de créditos para capital de trabajo, esta medida podrá ayudar a sectores formales de la economía que sean sujetos de crédito, pero no abarca a este universo de trabajadores, emprendedores o quienes hacen changas en sectores como por ejemplo, la construcción, hoy totalmente paralizadas.
Came que agrupa justamente a pequeños empresas pymes ya solicitó al Gobierno una batería de medidas que van desde la eximición y postergación de pago de impuestos, medidas financieras, congelamiento de alquileres y eximición del pago de luz, gas y agua por 60 días, entre otras.
El problema es que Argentina tiene una crítica situación fiscal, sin acceso a los créditos, y con un mundo que no acompañara para dinamizar las exportaciones.
Desde ya que el único camino será la emisión monetaria pero con el riesgo de que no tenga impacto en la inflación. Algunos economistas sostienen que dada la recesión que enfrentará la economía argentina esto será un freno al traslado de precios, otros en tanto, recuerda que durante el gobierno de Macri cayó el PBI y la inflación no solo no bajo sino que se aceleró.
Un dato que preocupa es que el rubro alimentos y bebidas en los dos primeros meses de este año ya acumula un 7,5%.
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