Mediante un recurso contable, el gobierno redujo a poco menos de la mitad el valor del Fondo de Garantía de la Sustentabilidad (FGS) que maneja la Anses. Mientras tanto, busca alternativas para su liquidación con el objetivo de reducir la cantidad de títulos de deuda en circulación y hacer caja con la venta de las acciones que lo integran.
De acuerdo a una comunicación emitida este martes, la Anses aplicó “una nueva metodología de valuación regida por valores técnicos de mercado, lo que otorga mayor transparencia”. En la práctica, dejó de cotizar los activos dolarizados al tipo de cambio oficial y usó un valor equivalente al contado con liquidación (CCL). Además usó ese método para recalcular hacia atrás toda la serie.
De esa manera, la nueva conducción de la Anses, a cargo del cordobés Osvaldo Giordano (exministro de Finanzas de su provincia durante la gestión de Juan Schiaretti), concluyó que posee en su cartera activos por un total de U$S 32.658 millones. La cifra es menos de la mitad de los U$S 76.000 millones que había informado la anterior gestión del organismo, a cargo de la camporista María Fernanda Raverta.
Según el informe actualizado a noviembre, entre los activos predominan los títulos públicos (68% del total) y en segundo plano las acciones (17,4%). En menor medida quedan las inversiones en proyectos productivos o de infraestructura (4,8%) y los préstamos a beneficiarios del sistema previsional (4%). El resto está compuesto por plazos fijos y colocaciones en otros títulos.
Reducción del valor y liquidación: la estrategia del gobierno sobre el FGS
La reducción del valor del FGS podría quedar como una discusión académica sobre criterios contables si el gobierno de Javier Milei no hubiera informado públicamente su decisión de liquidar el Fondo. Así lo admitió el secretario de Hacienda, Pablo Quirno, en su visita a las comisiones de Diputados para explicar el proyecto de ley ómnibus que en su artículo 226 autoriza su transferencia al Tesoro.
Quirno anticipó que la estrategia oficial es que el Tesoro rescate los títulos públicos bajo el criterio de “confusión patrimonial” (el acreedor y el deudor es el mismo), lo que permitiría limpiar algo más de U$S 20.000 millones de deuda pública. El resto se vendería para cubrir alrededor de dos meses de pagos del sistema previsional argentino. Así “no se lo van a gastar en ninguna timba”, prometió el funcionario.
La discusión, en última instancia, pasa por entender cuál es el rol del FGS. “No sé de dónde salió que ese Fondo se usa para pagar jubilaciones. En todo caso para fondeo de créditos. Es un fondo contracíclico. No pueden traernos un plan para liquidar el FGS sin explicarnos un programa macroeconómico”, dijo la economista Julia Strada, diputada por Unión por la Patria, durante el debate en comisiones.
La legisladora planteó otra cuestión delicada: que las acciones en poder de la Anses puedan ser recompradas por las empresas, entre las que figuran algunas como Ternium (del grupo Techint), Pampa Holding, Transportadora Gas del Sur, Banco Macro, Grupo Galicia, Aluar y Clarín. A partir de esa hipótesis, surgen las preguntas de a qué valor el gobierno se desprendería de esas acciones y si la posibilidad de que esas compañías recuperen ese paquete estará atada a alguna reciprocidad en términos de apoyo a la gestión de Milei.
Aun desde el punto de vista económico, la conveniencia de mantener la estructura del FGS parece digna de ser estudiada. Según expresó en sus redes sociales el periodista y especialista en temas previsionales Ismael Bermúdez, del análisis de la nueva serie elaborada por la Anses surge que “entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023, a valor técnico de mercado el Fondo aumentó en U$S 4.951 millones, un incremento del 17,9%”. Es difícil encontrar en el mercado un rendimiento en dólares de ese calibre en menos de un año. Sin embargo, de alguna manera desde el Estado se ingeniaron para lograrlo.
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