La tregua duró sólo un día: el bloque de Diputados de la UCR se fracturó, con la salida de un grupo liderado por Facundo Manes y el sector de Evolución, identificado con Martín Lousteau. La nueva bancada tiene 12 miembros y dejó con 21 a la oficial, presidida por Rodrigo De Loredo, referenciada en gobernadores y dialoguistas.
Como anticipó un prestigioso medio, la mesa de unidad que se acordó el martes por la noche debutó este miércoles con una reunión accidentada, por la decisión de la conducción de asistir a una reunión con funcionarios en la Casa Rosada.
La foto de ese encuentro precipitó el final, que se cerró con una cumbre de los díscolos por la noche, en el despacho del diputado jujeño Jorge Rizzoti.
"Decidimos crear un nuevo bloque legislativo para ser coherentes con el mandato de nuestros votantes y nuestra identidad", anunciaron los 12 díscolos en un comunicado, publicado por la noche.
"El presidente del bloque y un grupo de diputados radicales decidieron sumarse como aliados del Gobierno. A ello le debemos sumar la votación de aquellos diputados que ratificaron los vetos presidenciales contra la ley de financiamiento universitario y al aumento a los jubilados, quedando como único camino construir una alternativa", agregaron.
La bancada nueva la integrarán Manes y la presidirá su principal aliado: Pablo Juliano (Buenos Aires). No hubo acuerdo por el nombre, que definirán hoy jueves, antes de presentar la nota oficial por mesa de entradas.
El resto de los aliados del neurólogo son Fernando Carbajal (Formosa), Marcela Coli (La Pampa), Juan Carlos Polini (Chaco), Rizotti (Jujuy) y Manuel Aguirre (Corrientes). Los tres últimos son de provincias que gobierna la UCR, en las que los mandatarios (el chaqueño Leandro Zdero y el correntino Gustavo Valdés) quedarían con referentes en ambos bloques radicales.
Por Evolución se anotaron en el nuevo bloque Danya Tavela (Buenos Aires), Marcela Antola (Entre Ríos), Mariela Coletta (Caba), Carla Carrizo (Caba) y Melina Giorgi (Santa Fe), quien responde al gobernador Maximiliano Pullaro. Sólo rechazó sumarse la jujeña Natalia Sarapura, en un gesto al gobernador de Jujuy (Carlos Sadir), quien de esta manera tendrá un huevo en cada canasta como sus dos colegas norteños.
Como se partió la UCR
Los rebeldes tenían la decisión de romper desde el jueves pasado, cuando supieron que los cinco diputados violetas (así llamados por su apoyo al Gobierno a los vetos presidenciales), seguirían en la bancada.
Se trata de Mariano Campero, Martín Arjol, Federico Torunier, Pablo Cervi y Luis Picat. De Loredo los había convencido de firmar un compromiso para seguir en el bloque, que consistía en comprometerse a respetar las decisiones de la bancada o en tal caso abstenerse.
Los oficialistas sólo exigían no correrse de la agenda del gobierno, con el equilibrio fiscal; y habilitar a los acuerdos locales. Como De Loredo propuso que los 33 miembros de la bancada de la cámara baja del Congreso firmaran el compromiso, los rebeldes prefirieron este martes solicitar una tegua, con la creación de una mesa de unidad, e intentar una convivencia en la diversidad, al menos por un tiempo. Tampoco tenían acuerdo entre ellos para armar el bloque.
Ayer, miércoles por la mañana, los rebeldes fueron a romper la primera reunión de la mesa de unidad, molestos por la invitación al bloque a participar de la mesa legislativa del Gobierno en la Casa Rosada. Cómo excusa, Juliano y Carrizo reclamaron cargos en el bloque, como la secretaría legislativa.
En estos encuentros en la Casa Rosada sólo habían asistido el PRO y a los exlibertarios del MID. Martín Menem estuvo a cargo de ampliar la mesa y estaba dispuesto llevar a los cinco radicales violetas si nadie más de ese bloque quería ir.
De Loredo logró una invitación institucional y fue a la reunión con una comitiva de todos los sectores. Se sentaron en la mesa con el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el asesor Santiago Caputo, entre otros.
Sólo Evolución y Manes pegaron el faltazo y empezaron a planear su salida de la bancada, que recién llegó por la noche, con la reunión de los 12. "En lo personal siento que el bloque está roto desde que estos diputados decidieron hacerse oficialistas. Hoy se sumó un hecho triste de la presidencia del bloque en la Casa Rosada", sostuvo Carbajal, el más interesado en la división.
El bloque oficial
Con esta ruptura, la UCR oficial quedará conducida por De Loredo tendrá 21 miembros que negociarán leyes con el Gobierno, con visitas semanales a la Casa Rosada. Son insuficientes para que el Gobierno construya una mayoría. La principal apuesta será defender los votos presidenciales, como viene ocurriendo.
Cinco radicales dialoguistas responden a los gobernadores: Lisandro Nieri, Pamela Verasay (Mendoza), Gerardo Cipolini (Chaco), Sarapura (Jujuy) y el correntino Tournier, quien también se mueve con los violetas.
Los aliados oficialistas son en la práctica siete. A los otros cuatro que votan con el Gobierno (Picat, Campero, Cervi y Arjol) se suman Roxana Reyes (Santa Cruz) y Francisco Monti (Catamarca). Los otros 10 son outsiders, sin jefes territoriales pero con cálculos electorales en sus provincias que los llevan a tener relaciones cercanas con el Gobierno.
Se anota en esa lista De Loredo y sus coterráneas Soledad Carrizo y Gabriela Brouwer de Koning; los bonaerenses Karina Banfi y Fabio Quetglas; Atilio Benedetti (Entre Ríos), Julio Cobos (Mendoza), Mario Barletta (Santa Fe), Roberto Sánchez (Tucumán), Martín Tetaz (Caba). Este último y Brouwer de Koning abandonaron este año Evolución, al igual que De Loredo.
Los moderados son el sector más reacio a participar de las reuniones en la Casa Rosada: este miércoles Sánchez fue el único que aceptó ir, mientras que Tetaz y Cobos pidieron cancelar la invitación y quedaron molestos por la visita. De Loredo asegura que consiguió reformar el capítulo educativo del Presupuesto y, sobre todo, activar agenda de los proyectos de su bloque, que perdió 12 integrantes. Es la pelea que sigue.
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