El Congreso fue presidido por el obrero ceramista Raúl Godoy, junto a trabajadores, trabajadoras, dirigentes estudiantiles e intelectuales de gran parte del país. A lo largo de cuatro días desarrolló una intensa deliberación sobre la situación internacional que está signada por la invasión rusa a Ucrania, así como sus implicancias sobre la economía nacional. Abordó el debate sobre las principales salidas a la crisis que plantean las distintas fracciones políticas de la burguesía; desde la derecha liberal reaccionaria de Milei y Juntos por el Cambio hasta los intentos de "regular" al gran empresariado del kirchnerismo y el Frente de Todos.
En este marco resolvió profundizar una gran campaña por la ruptura del pacto con el FMI que rubricó el Gobierno con el apoyo de la derecha de Juntos por el Cambio; el desconocimiento soberano de la deuda externa y el enfrentamiento al programa desplegado por las grandes patronales del país para intensificar el ajuste contra el pueblo trabajador con más tarifazos, inflación, precarización y la flexibilización laboral.
El Congreso votó un Manifiesto Programático destinado a intervenir en la crisis nacional, apoyando las duras peleas en curso como la del sindicato del neumático, Bagley Córdoba y las de la Unidad Piquetera. En este marco exigir un paro nacional que sea el inicio de un plan de lucha en la perspectiva de la huelga general. Además, discutió que las consignas centrales del Manifiesto sean unidad de los trabajadores ocupados y desocupados para derrotar el ajuste del FMI, el Gobierno, la oposición derechista y los empresarios; por una salida socialista a la crisis y la decadencia a la que han llevado al país; y por un gran partido revolucionario de la clase trabajadora.
En este contexto, se definió poner a disposición del resto de los partidos del Frente de Izquierda Unidad (FITU) y a las organizaciones obreras y de desocupados combativas el anteproyecto de ley de una jornada laboral de 6 horas 5 días de trabajo, con reparto de las horas de trabajo y sin rebaja salarial, como una bandera de lucha para todo el movimiento obrero.
En esta perspectiva el Congreso definió que resulta fundamental seguir organizado activamente a parte de los miles y miles de simpatizantes que hoy tienen el PTS y el Frente de Izquierda Unidad, así como seguir desarrollando cientos de asambleas abiertas en todo el país.
El Congreso del PTS constató una situación especial entre las masas trabajadoras del segundo cordón del Gran Buenos Aires y también en las barriadas populares de otras grandes ciudades del país. Es en estos sectores dónde más se sufren las políticas de ajuste del Gobierno nacional y los gobiernos provinciales. En el caso de la Provincia de Buenos Aires, fue allí donde sectores del pueblo pobre protagonizaron duras luchas por tierra y vivienda como ocurrió en Guernica. Ese reclamo de tierra para vivir también se verifica en otras provincias. Durante las sesiones del Congreso tomó la palabra una compañera que es parte de la pelea en la toma de Magaldi, Rosario.
En el segundo cordón de la Provincia de Buenos Aires, en lugares como La Matanza, el Frente de Izquierda Unidad realizó una histórica elección en noviembre pasado, superando en varias localidades el 10 % de los votos. Esa buena elección expresó el creciente descontento de sectores populares con el Gobierno del Frente de Todos. Esa situación, según lo evidenciaron múltiples delegados y delegadas, se mantiene. Una situación similar se constató en Jujuy, donde el FITU logró, en 2021, casi un 25 % de los votos con la candidatura de Alejandro Vilca. En esa provincia, además, se viene desarrollando un proceso de organización entre los trabajadores rurales que también evidencia la crisis del PJ provincial. En este marco, el Congreso definió que esta crisis del peronismo abre un gran desafío para la izquierda.
Nicolás del Caño, quien fuera candidato presidencial del FITU en las dos últimas elecciones, propuso que el Congreso del PTS pusiera a consideración del resto de los partidos del FITU las precandidaturas presidenciales de Myriam Bregman y Alejandro Vilca en vistas a la batalla electoral del 2023, como una tribuna para difundir una salida propia de las y los trabajadores para reorganizar el país frente a las distintas opciones que sostienen el régimen del FMI y que buscarán aplicar el programa de los grandes patronales. Con el mismo objetivo, Nicolás del Caño, junto con Christian Castillo se concentrarán en la Provincia de Buenos Aires, donde el PTS resolvió profundizar el trabajo del partido, abriendo decenas de casas culturales socialistas en distintas localidades del gran Buenos Aires, donde se desarrollen las asambleas abiertas del PTS. Esta iniciativa se desarrollará, también, a lo largo de todo el país, buscando que las casas sean centros de organización social, cultural, sindical y política de amplios sectores que empiezan a acercarse a la izquierda como una alternativa a todas las variantes políticas que expresan a las clases dominantes.
Fuente: La Izquierda Diario
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