“Este trabajo científico es parte de un consorcio internacional de investigación con auspicio técnico del Programa de Enfermedades Neurológicas y Neurociencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) enfocado en la fenomenología y la epidemiología de las secuelas neuropsiquiátricas crónicas de la infección por Covid-19”, precisó el Secretario de Salud Mental y Adicciones, Agustín Yécora.

Por su parte, Gabriel De Erausquin, profesional argentino de la Psiquiatría y la Neurología, médico y doctor en medicina, Master of Genetic Epidemiology por la Washington University School of Medicine de Saint Louis, docente en la Universidad de Texas y referente a nivel mundial e investigador principal del proyecto, indicó que “cumplidos tres años de este trabajo iniciado en enero de 2021 en 40 países, empezamos la segunda etapa del estudio que involucra una expansión”.

“Con el apoyo clave del Ministerio de Salud de Jujuy, de los dos ministros, de la Secretaría de Salud Mental, del área de Epidemiología, del CEPAM y de la Fundación Fultra en los primeros tres años del estudio enrolamos a 880 adultos mayores de toda la provincia con el objetivo de entender las consecuencias a largo plazo de la enfermedad de Covid y también de la infección sin enfermedad, porque hubo muchas personas y todavía hay con el virus circulando, que se infectaron pero que no manifestaron síntomas agudos, no tuvieron fiebre, resfrío ni neumonía”, explicó De Erausquin.

“En el primer año o año y medio de la pandemia con las variantes originales del virus esa infección que no causaba muchos síntomas agudos respiratorios, seguía produciendo síntomas a largo plazo y eso fue lo que demostramos o encontramos en la población de Jujuy y de otras poblaciones en el mundo”, agregó y detalló que “recientemente terminamos el análisis de una muestra muy grande que incluye a Rusia, India, países de Latinoamérica y Europa y esta característica, que las personas infectadas aun sin haber manifestado síntomas severos tienen riesgo de problemas de memoria o síntomas cerebrales de una u otra forma, se mantiene”.

Sobre el comienzo de la segunda etapa de esta investigación a nivel mundial, sostuvo que “lo que estamos tratando de entender ahora es cuáles son las causas de este problema a largo plazo y cómo podemos prevenirlo”. 

A partir de ahora y durante cinco años, continuará el seguimiento a la cohorte de Jujuy que se completaría con un total de 3000 personas, con evaluaciones repetidas cada año y medio, lo que en simultáneo, se realizará también en Nigeria y en las zonas de Bronx, Seattle y sur de Estados Unidos.


El factor coqueo

“Una de las razones por las que nos interesa contar con muestras de distintos países es porque no se entendía por qué en algunos países la enfermedad tuvo un curso más severo que en otros. Los hábitos locales son uno de esos posibles factores, por supuesto la herencia es otro. En los estudios iniciales pudimos demostrar efectivamente que la herencia interactúa con el virus, es decir, que el virus tiene un efecto distinto dependiendo que tipo de genes uno hereda”, agregó De Erausquin remarcando que “sabemos que esto no lo explica todo y que hay otros factores que contribuyen a esa variación. Para el caso de Jujuy, uno de esos factores puede ser la práctica del coqueo aunque todavía no tenemos suficientes datos sobre si esto es así o no, pero seguimos recolectándolos y esperamos que informe nuestras decisiones respecto a la prevención a largo plazo”.


Resultados preliminares

“Los primeros datos completos sobre covid y adultos mayores surgieron de este trabajo, los encontramos en Jujuy y hemos aprendido por ejemplo que la enfermedad es diferente en adultos mayores que en jóvenes”, indicó y afirmó que “el punto de corte es alrededor de los 58 años mientras las manifestaciones a largo plazo son distintas y el mecanismo posiblemente también”.

“En los adultos mayores la enfermedad aguda tiene algún impacto en el riesgo de tener pérdida de memoria y dificultades del lenguaje y dificultades para ordenar las tareas, lo que se llama función ejecutiva, pero no es obligatorio, es decir, uno puede tener todos estos problemas sin haber tenido neumonía, sin haber estado en el hospital, sin haber tenido necesidad de oxígeno. Estas eran las preguntas iniciales. Se creía al principio que todas estas consecuencias a largo plazo eran consecuencia directa de haber estado muy enfermo de covid”, precisó. 

“Lo primero que demostramos que no es así con este trabajo con la población de Jujuy, es que en realidad bastaba con haber estado expuesto al virus para tener un riesgo elevado de tener todos estos problemas”.

“Lo segundo que encontramos es que ese riesgo se relaciona con la pérdida del olfato durante la enfermedad aguda sí predice la pérdida de memoria tiempo después y eso se correlaciona con cambios en el cerebro. Las resonancias magnéticas que hicimos a participantes de Jujuy nos enseñaron que cuando las estructuras del cerebro que están vinculadas con la función del olfato pierden volumen, se achican, eso también se correlaciona de forma lineal con la pérdida de función de memoria, con la pérdida de función del lenguaje”.

“Y lo tercero es que hay una relación real entre qué genes tiene uno y hereda uno y estos efectos sobre el tamaño de las estructuras cerebrales y la pérdida de memoria y el virus”, remarcó De Erausquin.


Participación abierta

“Si han tenido Covid en los primeros dos años de la pandemia, lo más probable es que nos contactemos para invitarlos a participar”, detalló el investigador. 

Es importante recordar que la convocatoria es para personas mayores de 60 años de edad que hayan cursado Covid entre 2020 y 2022, es decir, en los años iniciales de la pandemia. 

Los interesados podrán dirigirse a la sede del CEPAM en Alvear 1152 de la capital jujeña de lunes a viernes de 13 a 19 horas o comunicarse al 388 468-5535.