Luján Cuestas, investigadora del Conicet e integrante del Centro de Micología, detalló a un prestigioso medio que en las últimas semanas se recibieron otras muestras de pacientes con presunta mucormicosis con antecedentes de Covid-19. "Los diabéticos no controlados, los pacientes tratados con altas dosis de corticoides y las personas con las defensas bajas son propensos a contraer esta micosis rara, que suele detectarse en forma tardía, difícil de tratar, y cuya evolución es muy rápida y fatal. Hasta un 95% de los casos de mucormicosis pueden conducir a la muerte", explicó.
"El debilitamiento en nuestras defensas que deja el Covid-19 hace que cualquier enfermedad o infección sea propicia para alojarse en el cuerpo. En el caso de la mucormicosis, se trata de hongos que se encuentran en el ambiente, ya sea suelo, materia orgánica en descomposición e incluso en el aire. En pacientes con la inmunidad natural disminuida pueden instalarse en la mucosa nasal, pudiendo progresar e invadir tejidos adyacentes, con lesiones necróticas, por lo que se llegó a decir que la producía un hongo negro", agregó Cuestas.
Según la especialista, si bien no está comprobado que la vacuna contra el Covid tenga incidencia en disminuir la acción de la mucormicosis, al evitar las internaciones (y por ende, el uso prolongado de corticoides), en definitiva es una herramienta contra esta enfermedad fúngica.
Ricardo Negroni, exjefe de la Unidad de Micología del Hospital Muñiz, explicó a Tiempo que "la mayoría de estas infecciones fúngicas se producen también en pacientes con afecciones malignas de los ganglios linfáticos y la sangre, en los receptores de órganos trasplantados, etc.". Y señaló que no es casual que el aumento de la incidencia de la mucormicosis se haya dado especialmente en la India, país que es el segundo en número de diabéticos en el mundo, y donde "la coinfección de Covid y mucorales (hongos) representa el 83% de los casos a nivel global".
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