Argentina festejó la clasificación -asegurada de antemano por el empate en Bolivia- al Mundial 2026 con una magistral exhibición ante Brasil al que goleó 4-1 por la decimocuarta fecha de las eliminatorias sudamericanas.

Cualquier adjetivo calificativo sirve. Soberbio. Espectacular. Notable. Argentina sometió a Brasil. Fue un primer tiempo brillante. El 3 a 1 con el que se fueron al vestuario marcó también la diferencia adecuada para lo que pasó en esos 45 minutos de un fútbol de altísimo nivel. 
Un verdadero paseo. 

La Selección Argentina hizo disfrutar muchísimas veces al hincha argentino.  Brasil en el primer tiempo. 
Con el dominio de todas las facetas del juego. Recuperó con eficacia y decisión, gestó con imaginación y precisión y fue implacable a la hora de definir.
Brasil lució siempre desconcertado, perdido en la magia del toque del campeón del mundo. A los 12 minutos de comenzado el partido ya perdía 2-0.

A los 4 minutos, Thiago Almada filtró un pase desde la izquierda para la diagonal hacia afuera de Julián Álvarez, quien se llevó la pelota gracias a un rebote en Murillo y definió de cachetada ante la salida apurada de Bento.
Y El show comenzaba. Y los “olés” de las tribunas no hicieron más que bajar durante casi toda la primera parte. 
A los 12 minutos los dirigidos por Lionel Scaloni salieron tocando desde el fondo y paseó la pelota por toda la geografía de la cancha. Hasta que De Paul abrió para la trepada de Molina por la derecha, quien envió un centro rasante que conectó al gol Enzo Fernández en el segundo palo.

El único momento de duda llegó promediando el primer tiempo. Cuando el “Cuti” Romero se enredó en una salida, Cunha le robó el balón y con un remate desde afuera del area que superó la estirada de “Dibu” Martínez para poner el 1-2.

Pero apenas duró un par de minutos. Tras otra gran jugada, a los 37 minutos, Argentina puso todo en su lugar. 
Enzo Fernández, la figura de la cancha, filtró otro pase y Mac Allister anticipó con un toque por arriba la salida de Bento para estirar la diferencia otra vez a dos goles. Nada de relajación en el complemento en las filas argentinas. El control del juego fue total, la presión no aflojó un ápice. 

Ortiz, Joao Gomes y Endrick a la cancha en Brasil. Cuando un técnico mete tres cambios en el entretiempo, es porque realmente la cosa no funcionó. 
Porque no solo era el 3 a 1, sino la tremenda inferioridad futbolística de una Brasil desbordada, sometida y comiéndose un "baile" como seguramente hacía mucho tiempo no sufría.

Y ya en el segundo tiempo, Julián se perdió el cuatro con un toque exquisito sobre el arquero, Tagliafico con un cabezazo sobre el borde del área chica. 
Hasta que a los 71 minutos De Paul jugó rápido un tiro libre para el pique de Álvarez, cuyo centro pareció que se perdía, pero fue rematado en el segundo palo por Giuliano Simeone. Casi sin ángulo, le salió un balazo que se metió arriba en el primer palo de Bento que nada puedo hacer.

Pudieron ser varios más. Ni en Argentina ni en Brasil se olvidarán rápido de este partido.
Nadie quería irse del Monumental, todos gozaban con un equipo que ganó, gustó y goleó en un partido brillante que seguramente recordaremos durante mucho tiempo. 
Raphinha dijo durante la semana que Brasil le iba a dar una paliza a Argentina. Fue exactamente al revés.