La iniciativa “Best Tourism Villages” tiene como objetivo identificar aquellos sitios de los Estados miembros de la OMT que adopten enfoques transformadores en la localidad a partir de políticas vinculadas al cuidado del ambiente, la participación e integración de la comunidad y el desarrollo económico y productivo, entre otros factores que son tenidos en cuenta al momento de la elección.
Las localidades deben tener baja densidad demográfica (hasta 15 mil habitantes), estar situados en un paisaje natural y/o cultural característico y compartir valores y estilos de vida propios de la región puestos en valor turístico, entre otros factores que hagan al desarrollo del turismo. Durante la edición anterior, se reconoció al pueblo de Caspalá, ubicado en Jujuy.
En ese sentido, el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación convocó, a través de los organismos provinciales de turismo, a las localidades que reúnan esas características. Para esta edición, nueve provincias presentaron 11 destinos y los equipos técnicos del ministerio seleccionaron a los tres finalistas.
El Ministro de Cultura y Turismo de Jujuy, Federico Posadas indicó que “Esta nueva nominación está relacionada con el trabajo que se viene realizando en Jujuy con el Turismo Rural Comunitario, donde la provincia pasó de 15 a 60 comunidades que están trabajando con el turismo”.
“San Francisco de Alfarcito tiene todas las características para seguir mostrando lo más auténtico del norte argentino, combinado servicios de alta calidad enmarcados con paisajes increíbles”, finalizó Posadas.
Las áreas de evaluación estaban relacionadas a los recursos culturales y naturales, su puesta en valor y conservación; la sostenibilidad económica, social y ambiental vinculado al turismo; la integración de la cadena de valor y la gestión participativa local; el sistema de soporte de soporte a la actividad; y la promoción y comunicación orientada al turismo.
San Francisco de Alfarcito
En esta comunidad de casi 170 personas, aún se mantiene el estilo de vida que llevaban los kollas hace cientos de años. Su nombre se debe a que históricamente se practicó el cultivo de la alfalfa. Actualmente sus habitantes realizan actividades de campo según el calendario agropastoril y cultural ancestral, por ejemplo para la elaboración de tejidos en lana de llama que hoy son parte de los atractivos turísticos del lugar. Con simplemente caminar por el pueblo, se pueden observar sus construcciones, disfrutar de la comida típica con productos de la zona y vivir experiencias comunitarias. También se puede visitar la laguna de Guayatayoc que está casi unida con las Salinas Grandes. Es un lugar ideal para el avistaje de aves y para disfrutar de los paisajes característicos del norte argentino.
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