Una mesa con ofrendas de pan, flores, coronas multicolores, comidas tradicionales, múltiples bebidas, y una suerte de altar con imágenes de seres queridos que ya no están físicamente en este mundo, es la forma en que cientos de jujeños expresan desde este martes sus sentires a la espera de sus fieles difuntos.

La tradición conocida como el “Día de las almas” da cuenta de la religiosidad de una gran parte de los pobladores del extremo norte del país, pero con una fuerte impronta popular local de sus vivencias y costumbres, ello evidenciado en una jarra de chicha en la mesa o tal vez el canto de una sentida copla durante la jornada.

Los panes acomodados unos encima del otro simulan cruces, ángeles, escaleras, palomas, imágenes de personas adultas y pequeñas, y otras que representan lo que el difunto amó en su vida, como una mascota o una guitarra.

“Es una tradición que tenemos como herencia de nuestros padres, ellos nos trasmitieron que cada primero de noviembre todas las almas llegan a visitarnos y es por eso que, a partir de los primeros minutos de este día, esperamos a nuestros seres queridos que fallecieron”, reveló a Télam, María Eva Cari, sobre el armado de la mesa de ofrendas.

Desde su casa ubicada en el barrio Alto Comedero, en el acceso sur a la capital jujeña, donde este mediodía terminaba de colocar los últimos platos de comida como picantes de trigo y asado, además una gran cantidad de alimentos, Cari refirió que principalmente el pan representa “la unión con Dios”.

Más adelante precisó que la figura de la paloma "ayuda a las almas a llegar al cielo"; la cruz es "el triunfo de Jesús", mientras que las escaleras "hace alusión al elemento por donde descienden y suben las almas".

La impronta local se evidencia cuando se suman al convite bebidas, como un vino, y la “gente del norte acostumbramos a hacer la chica de maní o maíz, que es una de las bebidas que nunca falta”, completó.

Durante esta jornada, los vecinos y familiares se acercan a las distintas casas donde se montaron las mesas de ofrendas, “generalmente donde hay almas nuevas, es decir almas que partieron este año. Allí rezamos y compartimos alguna bebida, quizás algún canto y no faltan las anécdotas de las personas que se han ido de esta tierra”, reveló.

“Es todo un compartir de alegrías, recuerdos y el dolor, generalmente hasta las 12 de la noche donde entendemos que las que estuvieron cerca de nosotros regresan nuevamente a los cielos”, completó.

Para este miércoles, los jujeños se aprestan a visitar los cementerios y campos santos donde descansan los restos de sus seres queridos, sitios que tomarán un marcado color por la cantidad de flores y coronas que se depositan en el lugar.

En ese marco, el Gobierno provincial decretó para este miércoles asueto escolar y administrativo a fin de colaborar con las expresiones populares y religiosas que en estos días comparte gran parte de la comunidad.

“Para mañana acostumbramos llegar al cementerio y dejar bien adornadas las tumbas con coronas, flores frescas, cadenas, echamos agua bendita, realizamos oraciones y muchos ahora comparten música y hasta se chaya en el lugar. Es como un regalo o cumpleaños que le hacemos a nuestros seres queridos”, graficó Cari.

Una vez de regreso a la casa, llega el momento de racionar las ofrendas, “se tiene que repartir los panes en partes iguales a todos. Siempre la dueña de casa elige a dos o tres personas que van a repartir el banquete que se ofreció en la mesa y una vez que ello culmina se agradece a los anfitriones hasta un nuevo encuentro que será el año que viene”, contó.

“Nosotros nos sentimos orgullosos con esta tradición tan arraigada y alejado de los disfraces de Halloween que a veces confunden. Nosotros tenemos estas prácticas y las seguimos transmitiendo”, finalizó.

En los últimos días la tradición provocó que se pongan en funcionamiento “Ferias de ofrendas y flores”, en diversas localidades de la provincia de Jujuy, donde se ofrecían una amplia variedad de productos y arreglos florales para conmemorar el “Día de las Almas y los Fieles Difuntos.

Más de un centenar de emprendedores se apostaron en las instalaciones del Centro Cultural Manuel Belgrano de San Salvador, para vender desde pan hasta empanadillas realizadas con dulce de cayote, rosquetes y capias dulces, típicas preparaciones que se suman a la mesa de ofrendas.

Fuente: Télam