Argentina sufrió más de la cuenta pero logró el cometido con el triunfo ante Uzbekistán por 2 a 1, en el debut del Grupo A del Mundial Sub-20 que se lleva a cabo en el país y se jugó en un Madre de Ciudades de Santiago del Estero con entradas agotadas.

Alejo Véliz y Valentín Carboni fueron los goleadores del equipo dirigido por Javier Mascherano, mientras que Makhmudjon Makhamadjonov abrió el marcador para Uzbekistán.

El seleccionado argentino tuvo un estreno victorioso amparado en la jerarquía de algunas individualidades aunque dejó dudas en el funcionamiento que permitieron a los uzbecos adueñarse del partido en varios tramos.

El resultado le permite a la Argentina empezar con confianza después de lo que signficó el mal paso en el Sudamericano de Colombia, y corregir con otro ánimo los errores cometidos en la lluviosa y fría noche santiagueña.

Argentina logró sacar ventaja en un primer tiempo electrizante. El equipo de Mascherano, con el aliento de los hinchas, procuró hacerse de la pelota frente a un Uzbekistán ordenado, que dispuso de una línea de 5 para defender, pero se caracterizó por la rapidez en la salida con la recuperación del balón.

La apertura del marcador llegó de esa manera. Makhamadjonov, habilitado por Valentín Barco, recibió el pase del capitán Umarali Rakhmonaliev y definió fuerte al primer palo. La respuesta de Federico Gomes Gerth fue endeble y posibilitó el gol de la visita.

El arquero de Tigre lució algo nervioso, a tal punto que minutos antes estuvo próximo a cometer un blooper en una mala salida con el pie derecho.

Argentina, alineada en un 4-3-3, tuvo a Carboni como la manija en ataque y en Brian Aguirre, de lo más destacado, a la llave por el sector derecho con sus gambetas y desborde.

El empate argentino se produjo en un buen momento de Uzbekistán a través del cabezazo de Véliz que encontró una respuesta muy floja de Otabek Boymurodov.

El remate del delantero de Rosario Central parecía controlado por el arquero, quien intentó sacar la pelota por encima del travesaño, pero se quedó a mitad de camino.

Los hinchas se desahogaron con el gol aunque la incertidumbre volvió con el penal a favor para Uzbekistán por una supuesta falta de Giay a Makhamadjonov. El VAR intervino, se lo comunicó al Madre de Ciudades y el resultado no se modificó.

Un disparo cruzado de Aguirre despertó el espíritu del equipo argentino que rápidamente encontró la ventaja. Una combinación entre Barco y Matías Soulé posibilitó el encare de Carboni. El remate del jugador del Inter de Italia venció la frágil resistencia de Boymurodov para el 2-1.

Uzbekistán buscó la igualdad en el segundo tiempo y eligió el sector defendido por Giay, ya amonestado, para atacar. Sin embargo, la más clara se produjo con el intento de Zafarmurod Abdirakhmatov, por el sector de Barco, que pasó rozando el palo.

A esa altura, Argentina exhibía muchos problemas en la marca con un mediocampo superado, con Máximo Perrone y Mateo Tanlongo desbordados, y una línea defensiva dubitativa. Por eso, Mascherano buscó equilibrio con Federico Redondo y Gino Infantino en lugar de los futbolistas del City y Sporting de Lisboa, respectivamente, con el auxilio de Luka Romero.

El silencio en las gradas daba cuenta del dominio uzbeco que se mostraba más sólido, tanto en intención como en juego.

Rakhmonaliev, el cerebro de Uzbekistán, tuvo mayor participación en los minutos finales y preocupó más de la cuenta a la Argentina que se limitó a aguantar para un 2-1 muy ajustado y celebrado por la hinchada.

Fuente: Télam