El Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda 2023 va a ser el último para estrellas internacionales como la estadounidense Megan Rapinoe y la brasileña Marta, pero también para dos referentes de la Selección Argentina como lo son Estefania Banini y Vanina Correa.

El seleccionado dirigido por Germán Portanova, luego de su debut con caída 1-0 ante Italia y del agónico empate 2-2 con remontada frente a Sudáfrica, se prepara para jugar el tercer encuentro del Grupo G contra el favorito Suecia, el miércoles 2 de agosto (a las 4.00 hora argentina), en lo que podría ser el último partido para Banini y Correa.

Banini, la única futbolista argentina de la historia elegida en el once ideal de FIFA en los premios The Best, en la temporada 2020-2021, confió que jugaría su segundo y último Mundial. Con 33 años, la mendocina de las mejores gambetas del seleccionado seguirá al menos un año más en Atlético de Madrid, club con el que conquistó la Copa de la Reina 2023, pero habrá cumplido una etapa con la Selección.

La arquera Vanina Correa, por su parte, está participando de su cuarto Mundial y es la única jugadora que estuvo presente en todas las intervenciones de Argentina en Copas del Mundo de la FIFA. A punto de cumplir 40 años, la santafesina de Rosario Central es otra de las futbolistas que no estará en el próximo ciclo mundialista.

Correa y Banini tienen en común, entre otras cosas, haber estado alejadas del seleccionado argentino, aunque en distintos momentos y por motivos diferentes.

Correa fue mamá de los mellizos Luna y Romeo en 2014, tras el tratamiento de fertilidad que hizo con su compañera de aquel momento. Durante el embarazo y los primeros años de maternidad, se retiró del fútbol hasta que en 2017 la llamó Carlos Borrello -que había sido su DT en el seleccionado en los Mundiales 2003 y 2007- y la convenció de volver.

Justamente por criticar a Borrello después del Mundial de Francia 2019, Banini -junto con otras compañeras como Florencia Bonsegundo- fue apartada del equipo por algunos años hasta que asumió Portanova y la convocó en 2022.

A este Mundial de Australia y Nueva Zelanda, Banini, Correa y toda la Selección llegaron con el objetivo de hacer historia y lograr la primera victoria para el fútbol argentino en una Copa del Mundo femenina. Pero también de demostrarles a las nuevas generaciones que el fútbol de mujeres -con un recorrido muy distinto al masculino- está en ese camino hacia el profesionalismo, a achicar las distancias con las potencias, a que el seleccionado tenga una identidad de juego.

Banini, que empezó a jugar a los 7 años al futsal en el equipo de varones de Cementista de Mendoza y recién llegó al fútbol en cancha de 11 a los 16, desplegó su habilidad ante Italia y se anotó un récord: primera futbolista en realizar seis gambetas en un primer tiempo de un Mundial femenino durante la última década. Además, tiró un caño y fue la que más tuvo la pelota y dio los pases más precisos. La derrota por 1-0 con gol de las italianas a los 87 minutos dejó un sabor amargo.

Ante las sudafricanas, la admiradora de Pablo Aimar y Ariel Ortega también mostró su talento. Y aunque las argentinas remontaron un 0-2 y llegaron a un empate, no pudieron ganar el partido que a priori era el más accesible.

Correa, que de chiquita jugaba a la pelota con sus tres hermanos Alejandro, Darío y Mauro porque no había fútbol para nenas, dio seguridad en el arco y poco pudo hacer en los tres goles que le hicieron en este torneo, todos a raíz de pérdidas de pelota de Argentina.

Además de ser jugadora profesional, la arquera de 1,80 metro trabaja en el Área de Deportes de la Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez, donde coordina el Programa Ellas Juegan, que promueve la participación de niñas, adolescentes y jóvenes en la práctica del fútbol femenino como medio de inclusión social.

Dos pilares, dos referentes de la Selección, pueden despedirse este miércoles ante Suecia, ya clasificado tras su goleada 5-0 ante Italia. El equipo y el entrenador Germán Portanova lo saben. "Puede ser el último partido de Correa, de Banini. Se nos pone la piel de gallina por tremendas jugadoras con una carrera increíble, en el punto final aunque no quiero cerrarles la carrera. Sabemos que se nos escapó (el triunfo ante Sudáfrica) e iremos al último partido a buscar la ficha que nos queda, con este grupo que merece la frutilla del postre. El último partido es muy difícil pero a los ojos de Dios todo es posible".

Fuente: Télam