La medida dejaría a millones de argentinos sin acceso a esas competencias. Solo podrían disfrutarlas quienes estén suscriptos a algún operador de TV Paga. Un detalle: las últimas transmisiones del seleccionado argentino de fútbol resultaron superavitarias para la TV Pública.
Las transmisiones de los partidos del seleccionado argentino en el Preolímpico que comenzará a diputarse el 20 de enero corren serio riesgo de no emitirse por TV abierta. No solo el andar del sub 23 de Javier Mascherano tiene muchas chances de no poder seguirse por la TV Pública: lo mismo podría ocurrir con la Copa América y los Juegos Olímpicos que se disputarán en París a mitad de año. Es que la decisión del gobierno de Javier Milei es que el Estado Nacional no invierta “ni un solo peso” en los derechos de transmisión de esos eventos deportivos.
Una medida que dejará sin poder ver a los deportistas argentinos a millones de compatriotas que no están suscriptos a ningún operador de TV Paga. Ya lo había dicho el presidente, antes de asumir: “Todo lo que pueda estar en manos del sector privado, va a estar en manos del sector privado”. Por ahora, DSports será la única pantalla que transmitirá el Campeonato Preolímpico, la Copa América y los JJOO.
La decisión del gobierno es clara: no le interesa invertir dinero para que los y las argentinas tengan acceso a las competencias en las que participen deportistas nacionales de distintas disciplinas por el mundo. La imposibilidad de ver los partidos de la selección en el Preolímpico, la Copa América o los JJOO de París por la TV Pública dejará a millones de ciudadanos sin acceso a esos eventos, dejando atrás una tradición que ni la gestión de Mauricio Macri había eliminado.
La estrategia, a esta altura, parece clara: reducir a los medios públicos a su mínima expresión, creando las condiciones para la tan anunciada privatización que el gobierno encara desde sus declaraciones pero también desde el DNU y el proyecto de Ley Ómnibus enviado al Congreso.
La confirmación de que el gobierno nacional se correrá a un costado de la adquisición de los derechos de transmisión televisiva de los eventos deportivos fue confirmado a un prestigioso medio, por Javier Monte, el presidente interino de Radio y Televisión Argentina (RTA). “Desde RTA, la decisión de transmitir el Preolímpico está; lo que no está es la plata”, se justificó el funcionario que desde hace un par de semanas se hizo cargo del sistema de medios públicos.
Según contó, el “plan” es intentar hacerse de los derechos de TV del Preolímpico sin poner un centavo. “Hablé dos veces con gente de la Conmebol para plantearles la difícil situación económica de la Argentina y que lo podíamos hacer pero sin recursos. Estamos esperando el "no" de la Conmebol, que aún no lo tenemos”, detalló Monte. El presidente de RTA dijo que sólo estaban dispuestos a pagar los 500 dólares que cuesta tomar desde el satélite la transmisión oficial de cada partido de la selección argentina.
En un mundo capitalista, como suele decir una y otra vez Milei, creer que la Conmebol, el Comité Olímpico Internacional o la FIFA estén dispuestos a darle gratuitamente al gobierno argentino los derechos de transmisión de sus competencias resulta de una ingenuidad tal que parece esconder otra cosa.
Los derechos de transmisión deportivos son uno de los negocios millonarios más importantes del mundo. No deja de ser extraño que el gobierno ultraliberal realice una exigencia “colectivista” para hacerse de derechos de transmisión. También parece absurdo creer que tal misericordia pueda llegar a prosperar. Querer transmitir las competencias pero sin estar dispuestos a desembolsar un peso es (casi) lo mismo que no hacer nada para hacerse de esos contenidos. Todo se justifica bajo la expresión de que "no hay plata".
La no transmisión de los partidos de la selección nacional de fútbol, que se extiende a deportistas argentinos de cualquier otra actividad, dejará sin efecto la garantía del acceso a determinados contenidos de los y las argentinas consagrado en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
En su artículo 77, la LSCA “garantiza el derecho al acceso universal —a través de los servicios de comunicación audiovisual— a los contenidos informativos de interés relevante y de acontecimientos deportivos, de encuentros futbolísticos u otro género o especialidad. Acontecimientos de interés general.
El Poder Ejecutivo nacional adoptará las medidas reglamentarias para que el ejercicio de los derechos exclusivos para la retransmisión o emisión televisiva de determinados acontecimientos de interés general de cualquier naturaleza, como los deportivos, no perjudique el derecho de los ciudadanos a seguir dichos acontecimientos en directo y de manera gratuita, en todo el territorio nacional (…)”.
El gobierno nacional ni convocó al Consejo Federal de Comunicación para que formule el listado anual de acontecimientos de interés relevante ni garantizó por ninguna otra vía reglamentaria el derecho de los ciudadanos al acceso universal. Vale recordar que el año pasado, durante el gobierno de Alberto Fernández, fue la misma Jefatura de Gabinete la que en la resolución 228/2023 consideró a los amistosos del seleccionado de fútbol como contenido de interés relevante, garantizando que se pudieran ver a través de la TV Pública. Esta vez, por ahora, nada de eso sucedió.
Un detalle a tener en cuenta y que pone en duda que la decisión de no invertir en los derechos televisivos deportivos se trate solo de una cuestión económica, es que las últimas transmisiones del seleccionado argentino de fútbol resultaron superavitarias para la TV Pública. Tanto el Mundial de Qatar 2022, como los amistosos que Lio Messi & Compañía disputaron en 2023 contra Panamá y Curazao, le dieron ganancia al canal estatal, tal como se desprende de sus balances.
El detalle de las transmisiones de esos amistosos hablan por sí mismo: la recaudación publicitaria de la TV Pública en los partidos Argentina-Panamá y Argentina-Curazao en 2023 fue de $157.265.368. El canal estatal tuvo una ganancia del 30% sobre el costo de derechos y gastos de producción. O sea: el superávit de esos partidos fue de $40 millones.
La televisación, además, cosechó muy buena audiencia en la TV Pública: Argentina-Panamá promedió 24,6 puntos de rating y Argentina-Curazao 16,9. Ambas transmisiones se impusieron a las de TyC Sports en la TV por cable. Datos que demuestran que el Estado garantice el acceso a los partidos de la selección argentina no es solo una política pública inclusiva, sino también un negocio que -al igual que lo fue el Mundial- es redituable para las arcas del canal.
La situación del fútbol local
Otro de los grandes interrogantes es qué pasará con el Torneo Femenino de Primera División de fútbol argentino, que hasta el año pasado se emitía por DeporTV, el canal deportivo estatal que a su vez le prestaba a la TV Pública algunos partidos por fecha. Los derechos de televisación vencieron en 2023 y por ahora no hay ninguna gestión abierta para renovarlos. De hecho, aún no asumieron la nuevas autoridades en DeporTV, por lo que mucho menos se puede saber cuál va a ser el futuro de la señal.
Por otra parte, el sponsor del Torneo Femenino hasta el 31 de diciembre era YPF, que por lo que se sabe tampoco continuará acompañando. "Estamos negociando", señalaron desde RTA. Lo único seguro hasta ahora es que los dos partidos por fecha de la Copa de la Liga de Primera división del fútbol argentino seguirán transmitiéndose en la pantalla estatal. Una buena entre tantas malas.
Fuente: Página 12
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