Jorge Messi, padre y representante del astro argentino Lionel Messi, y el presidente del Barcelona, Josep María Bartomeu, se reunieron hoy en la ciudad condal para destrabar la salida del futbolista del club catalán, pero no hubo un acercamiento en las posiciones que permita vislumbrar un acuerdo.
El máximo directivo del conjunto culé no cedió ni un milímetro a las pretensiones del máximo goleador y ya leyenda del club, quien tras 20 años de relación quiere marcharse apelando a una cláusula de su contrato que al final de temporada le permitía salir gratis.
"El presidente insistió en que el club quiere que Messi continúe y la intención es que renueve su contrato dos años más", dijo a Télam una fuente de la entidad al finalizar el esperado encuentro.
"En ningún caso se ha negociado ni negociará la salida del jugador", subrayaron las mismas fuentes, recordando también que Messi tiene contrato vigente hasta junio de 2021 y una cláusula de rescisión de 700 millones de euros.
La reunión, que duró alrededor de una hora y media, y según el club se desarrolló en un clima de "cordialidad", tuvo lugar esta tarde en las oficinas del estadio Camp Nou de Barcelona.
Del lado del Barcelona, Bartomeu estuvo acompañado por el directivo Javier Bordas, mientras que Jorge Messi acudió junto a su hijo Rodrigo y su abogado Jorge Pecourt, del bufete Cuatrecasas.
El directivo azulgrana considera que Messi es una pieza fundamental del nuevo proyecto liderado por el DT neerlandés Ronald Koeman y quiere convencerlo para que se quede, pero, de no ser así, tampoco facilitará su salida y mucho menos gratis.
Por su parte los Messi dejaron claro que el crack rosarino quiere irse, como ya comunicó el 25 de agosto por medio de un burofax que provocó una enorme conmoción en Barcelona.
Los abogados del futbolista entienden que debido a la crisis del coronavirus la temporada culminó más tarde de lo normal, con lo que el contrato que vencía el 10 de junio siguió vigente hasta que finalizaron todas las competiciones, y 10 días después Messi expreso su voluntad.
No obstante, insisten en que su intención no es iniciar una batalla judicial, sino llegar a un acuerdo para una salida pacífica.
A pesar de que las posturas siguen alejadas, esta primera "cumbre" sirvió para que Bartomeu y la familia Messi hablaran cara a cara.
La cúpula directiva de Barcelona está abierta a nuevos encuentros, pero insiste en que Messi sigue siendo jugador del club y lo esperan en los próximos entrenamientos.
Por lo tanto, todavía quedan por delante varios capítulos de la historia del divorcio del mejor jugador del mundo con su club de toda la vida, que mantiene en vilo al mundo del fútbol.
La solución del conflicto parece compleja, tal como anticipó hoy el propio Jorge Messi al llegar a la capital catalana procedente de Argentina, cuando dijo que era "difícil" que su hijo siga vistiendo de azulgrana.
Tras llegar a sus oficinas poco después de arribar al aeropuerto El Prat, en un breve diálogo con un periodista de la cadena Cuatro, el padre del capitán argentino también respondió con un "no sé, no sé", a la pregunta de si el astro argentino se irá de Barcelona.
"¿Cómo lo ves?", le preguntaron sobre la situación, de cara a la negociación que mantendría más tarde con Bartomeu, a lo que contestó también repetidamente con una una palabra, aunque bastante reveladora: "difícil, difícil", dijo.
A partir de su respuesta le preguntaron si era difícil que se quedara en el club catalán y respondió con un contundente: "sí".
Asimismo, preguntado sobre si tenía avanzado contactos con Manchester City, el club con más chances de ofrecer un contrato a Messi, o si había hablado ya con el entrenador del conjunto inglés, Josep Guardiola, Jorge respondió con negativas.
"No hablé con Pep, no hablé con nadie", sostuvo, para luego insistir en que el futuro del astro en el Barcelona es "difícil".
El padre del capitán del seleccionado argentino aterrizó en la ciudad condal poco antes de las 9 (4 de Argentina), en un vuelo privado que partió desde Rosario, Argentina, poco después de las 13.30 hora local de ayer.
"No sé nada, muchachos", sostuvo, escueto, Jorge Messi mientras sorteaba una nube de periodistas y cámaras para poder ingresar a un taxi en la terminal de llegadas de vuelos privados del aeropuerto.
En pleno conflicto con el capitán argentino, que transmitió su decisión de irse hace una semana por burofax (carta documento), también Bartomeu rompió el silencio, aunque lo hizo para despedirse con palabras de agradecimiento y cariño del mediocampista croata Iván Rakitic, quien fue traspasado al Sevilla, club en el que ya jugó.entre 2010 y 2014.
"Decimos adiós a una grandísima persona. Gracias por estas seis temporadas, por lo que has contribuido. En 2014 dijiste que venias a hacer historia y la has hecho. Espero que en tu corazón tengas a Barcelona, a la ciudad y a Cataluña", afirmó Bartomeu.
Por su parte, Rakitic sostuvo que "cada jugador hace su análisis", y él pensó que había llegado el momento de marcharse, sin querer opinar sobre la decisión de Messi.
No obstante, instado a convencer a Messi para que se quede, el croata aseguró que la "primera opción, y la mejor opción para todos los jugadores, es siempre el Barça".
La máxima estrella culé, en cambio, decidió a sus 33 años que Barcelona no es su mejor opción, y quiere iniciar una nueva etapa lejos del Camp Nou, preferentemente en el Manchester City inglés.
Sin embargo, la posibilidad de que el astro concrete sus sueños depende en buena parte de que salga gratis del conjunto catalán.
La prensa inglesa y la catalana afirman que el City Football Group, propietario del Manchester City y otros siete clubes alrededor del mundo, prepara una oferta para Messi de 700 millones de euros, a cambio de un contrato de tres temporadas con el club inglés y un acuerdo para jugar dos temporadas más en su franquicia de Estados Unidos, el New York City.
Fuente: Télam
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