River es sinónimo de contundencia en la Copa Argentina y parece decidido a refrendarlo en la décima edición. Desniveló la contienda ante Defensa y Justicia con un tanto a los cuatro minutos de juego y, posteriormente, hizo gala de sus atributos ofensivos para gestar una goleada por 4-0 en el estadio Centenario de Chaco. Un triplete de Pablo Solari, debutante en la competencia, le permitió encaminar un resultado que también incluyó la definición de Lucas Beltrán. Además de estirar el invicto vigente en la competencia integradora a 29 partidos (26 triunfos y tres empates), aseguró su sexta aparición consecutiva en los Cuartos de Final: se medirá con Patronato de Paraná.
Un ida y vuelta frenético. Dicha aseveración refleja el desarrollo del primer tiempo de la contienda que reeditó el cruce correspondiente a los Octavos de Final de la temporada 2017, cuando River se impuso por 3-0 en Formosa (doblete de Ignacio Scocco y estreno en la red para Exequiel Palacios) para encaminar su segunda consagración en la Copa Argentina. En aquel antecedente, el Millonario había tomado una ventaja rápida en el marcador con dos definiciones del delantero antes de cumplirse el primer cuarto de hora; en esta oportunidad, Solari capitalizó una acción ofensiva a los cuatro minutos para abrir el marcador. Presión efectiva de Nicolás de la Cruz sobre Kevin Gutiérrez y cesión hacia Juan Fernando Quintero. El colombiano hizo gala de su talento con un pase preciso que, desviado en el camino por Nazareno Colombo, facilitó la posición del punta que arribó proveniente de Colo-Colo de Chile: remate certero para desatar la euforia de los hinchas.
Con un esquema peculiar de 5-4-1, Defensa y Justicia llevó riesgo a partir del desdoblamiento de los mediocampistas externos y del manejo de las pelotas paradas. El inconveniente para el Halcón, que se ilusionaba con regresar a los Cuartos de Final de la competencia después de siete años, radicó en la nula efectividad de sus ataques. Gabriel Alanís pifió un zurdazo dentro del área, el cabezazo de la redención de Colombo salió desviado y un intento de Manuel Duarte que parecía llevar destino de red se topó con el cuerpo de Emanuel Mammana para irse al tiro de esquina. Tampoco pudo Gastón Togni, que se aprestaba a conectar un centro rasante de Alanís cuando Andrés Herrera se barrió para cruzar a tiempo y desalojar el peligro. ¿Cuál fue la respuesta de River? La conversión del segundo gol. Milton Casco exhibió su jerarquía al capitalizar un rebote con un control orientado hacia de la Cruz, cuyo centro hacia atrás encontró conexión con Beltrán. Si bien su definición salió mordida, fue eficiente para eludir la resistencia de Ezequiel Unsain y estirar la brecha.
El conjunto de Florencio Varela cerró el primer tiempo con dos nuevos avisos de pelota parada: Franco Armani voló para tapar un cabezazo de Gutiérrez, mientras que Alanís falló una opción neta al cruzar en demasía su anticipo. Un choque entre el arquero de River (cumplió 200 partidos en la institución) y su compañero Herrera encendió las alarmas al generar la salida de ambos en el entretiempo, situación que podía propiciar una merma en el funcionamiento colectivo. Sin embargo, el Millonario recuperó la voracidad al salir del descanso y, luego de exigir una brillante respuesta de Unsain con una doble tapada en el primer minuto del complemento, convirtió el tercer tanto por intermedio de Solari. Beltrán comandó con velocidad un contraataque, eludió a dos rivales y esperó el instante exacto para abrir la pelota hacia el oriundo de Arizona (San Luis), que enganchó ante el cierre desesperado de Adonis Frías y sacó un remate con cara interna que estrelló en el ángulo inferior derecho.
La profundización de la brecha mermó la intensidad del segundo tiempo. Defensa y Justicia continuó como protagonista del manejo de la pelota y contó con opciones de riesgo para un descuento que hubiese sido merecido y, sin embargo, nunca llegó. La contracara fue un River que, en este encuentro nocturno de Chaco, no dependió de una gestación masiva de situaciones para ser contundente. Una acción brillante de Enzo Pérez, que recuperó la posesión en campo rival, recibió la devolución de Agustín Palavecino y lanzó una habilitación profunda, desembocó en el triplete de Solari, nuevamente protagonista de una definición de valor técnico. En un debut soñado en la Copa Argentina, se convirtió en el primer futbolista del Millonario en marcar tres tantos en un partido por el certamen desde Lucas Alario en la recordada Final de la temporada 2015-2016 (4-3 sobre Rosario Central). Además, su producción individual le permitió alcanzar a los líderes de la tabla de anotaciones de la décima edición, motivo por el cual quedó con una perspectiva auspiciosa de cara a la continuidad de la competencia.
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