Este martes se conocieron dos datos que resultan alarmantes para la economía nacional que condicionan la posibilidad de alcanzar un acuerdo con el FMI. O que el mismo fuerce un cambio drástico en la política cambiaria.

Es que, por un lado, en solo una jornada el Banco Central de la República Argentina mostró un saldo neto negativo de 109 millones de dólares que consolidan siete jornadas consecutivas de déficit en el mercado de cambios en las que se acumularon ventas totales por 1.313 millones de dólares. Pero por el otro se conocieron los datos de la Encuesta de Turismo Internacional (ETI) del mes de febrero que confirman lo que se esperaba en lo que se refiere a un déficit creciente de la balanza turística.

Vamos a la praia

Según los registros del INDEC, durante el segundo mes del año salieron del país, 2.433.200 residentes entre lo que se denomina turistas y excursionistas mientras que ingresaron al país 762.600 personas. Se trata de un crecimiento en la salida de argentinos al exterior en solo un año del 73,7% y de una caída en la llegada de turistas y visitantes extranjeros del 35,2%.

Algo similar había ocurrido en enero de este año cuando, los ingresos de turistas y excursionistas habían caído un 25,8% comparado con el mismo mes del año anterior mientras la salida de argentinos al exterior había escalado un 74,9% con relación a enero 2024.

Del total de los argentinos que salieron al exterior en febrero, casi un 40% lo hizo con destino al Brasil en ocasión de las vacaciones de verano, en enero ese destino había explicado casi el 34% de los 2,6 millones de argentinos que salieron del país.

Drenaje imparable

La apreciación del tipo de cambio producto de la política de crawling peg que, por orden del Palacio de Hacienda, aplica el gobierno a través del Banco Central generó condiciones extraordinarias para que los argentinos hicieran uso de sus ingresos en el exterior. Es que, si bien la depreciación del poder adquisitivo de los salarios en general acumuló una caída del orden del 5%, medidos en dólares los mismos se apreciaron en el orden del 60% en apenas un año.

El drenaje de dólares por esta vía no resulta un tema menor. Es que, sólo durante 2024 la salida de dólares por esa vía, según datos oficiales del BCRA, alcanzó los 9.819 millones de dólares que plasmaron un déficit del sector del orden de los 7.011 millones de dólares. Pero, durante ese año, los meses que estacionalmente generan un mayor flujo (enero y febrero) se atravesaron, como lo demuestran los datos de la ETI, con un tipo de cambio depreciado.

De hecho, según los últimos datos disponibles del mercado de cambios del BCRA, mientras que en enero de 2024 habían salido del país en concepto de turismo 460 millones de dólares y habían ingresado por el mismo rubro 265 millones de dólares, solo en enero de este año salieron 1.322 millones de dólares y entraron 322 millones de dólares. De este modo, el déficit de divisas por turismo creció, de un año a otro en apenas un año en un 413% pasando de 195 millones de dólares a poco más de 1.000 millones de dólares. Los datos de febrero del BCRA todavía no están disponibles pero la proyección indica un drenaje de similar envergadura.

Esa escalada, de no mediar un cambio en la política cambiaria general o sectorial, podría redundar en un déficit anual muy superior al récord de 10.709 mil millones de dólares registrado en 2017 que resultó la antesala de la corrida cambiaria de abril de 2018 que forzó al gobierno de Mauricio Macri a recurrir al salvataje del FMI y el crédito con ese organismo de 44 mil millones de dólares que hoy renegocia el gobierno.

Estos número, claro, reforzarán el reclamo de los técnicos del organismo multilateral en favor de una depreciación del tipo de cambio que, nuevamente, se trasladará a precios y recaerá sobre los ingresos de los trabajadores asalariados.