Pese a las presiones de la Casa Rosada, la oposición logró imponer su número para impulsar la creación de una comisión investigadora por el caso $LIBRA. El Gobierno intentó encapsular el escándalo, pero no lo logró: con el apoyo del peronismo, el pichettismo de Encuentro Federal, la Coalición Cívica y un sector del radicalismo, la Cámara de Diputados se convertirá, a partir de la semana que viene, en una vidriera del criptogate. Una dura derrota para Javier Milei y el triángulo de hierro que, por primera vez en meses, corren detrás de una noticia que no saben cómo contener.

El Gobierno pudo evitarlo la primera vez, pero no la segunda. Tras el fracaso en el Senado, digitado por la intervención de los gobernadores radicales, la oposición tuvo su revancha en la Cámara de Diputados. No solo logró conseguir el número para el quórum pese a la resistencia del PRO, el radicalismo deloredista, el oficialismo y los gobernadores, sino que logró aprobar los dos emplazamientos de comisiones que se había propuesto. Uno, para debatir la interpelación de Karina Milei, Manuel Adorni y Guillermo Francos. Y la otra, para crear una comisión investigadora.

No fue una tarea sencilla. Hasta último momento el Ejecutivo presionó para desactivar la sesión a través de uno de los actores que se han convertido en el fiel de la balanza del Congreso: los radicales. La noche anterior, el bloque radical que preside Rodrigo de Loredo, presionado por Karina Banfi que quería darle empuje a un proyecto para declarar la emergencia de Bahía Blanca —de donde la diputada es oriunda—, había acordado dar quórum. El radicalismo estaba incómodo: a todos les pesaba el escándalo de Eduardo Vischi, el senador radical que había firmado el proyecto de creación de la comisión y después lo había votado en contra, pero ninguno quería oponerse abiertamente al Gobierno. 

En el medio, sin embargo, pasaron cosas: la llamada del Ejecutivo. Al momento de dar quórum solo estuvieron, finalmente, Banfi, Quetglas y Gabriela Brouwer. El resto, en cambio, especuló con ausentarse junto al PRO. 

El momento decisivo fue la votación. Los armadores de la oposición, liderados por Oscar Agost Carreño y Miguel Ángel Pichetto (de Encuentro Federal) y Pablo Juliano (Democracia para Siempre), temían un vaciamiento intempestivo al momento de votar la comisión investigadora. Finalmente, sin embargo, se logró emplazar la comisión de Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamentos para tratar la creación de la comisión investigadora por el caso $LIBRA con 134 votos a favor y 94 en contra.

El grueso de los votos los puso Unión por la Patria, que tuvo presencia casi perfecta. Solo se ausentaron tres diputados y, a excepción del santiagueño Ricardo Daives, ninguno fue por presiones de los gobernadores peronistas. Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Raúl Jalil (Catamarca) no fracturaron, esta vez, el bloque que comanda Germán Martínez, y fue así que la oposición logró juntar el número para crear la comisión investigadora. 

También acompañaron los radicales díscolos de DPS, la Coalición Cívica, la izquierda y el pichettismo de Encuentro Federal. La verdadera sorpresa, sin embargo, fueron los libertarios del MID, que preside Oscar Zago, y la renegada Lourdes Arrieta. Entre ambos sectores, la oposición consiguió cuatro votos en favor de la creación de la comisión investigadora. “Arrancó la pelea por el cierre de listas”, mascullaba un diputado libertario, en referencia al porteño Zago, quien quedó enfrentado con el oficialismo luego de que, por intermediación de Karina Milei, lo expulsaron de la presidencia de bloque.

¿Quienes se resistieron a crear una comisión para investigar la responsabilidad de los Milei en el escándalo $Libra?

Los aliados en el PRO y del radicalismo más acuerdista. “Rige el principio de inocencia. Me llama la atención tanta urgencia por un supuesto delito que está siendo investigado pero que, además, ha afectado a unas pocas personas que se dedican a la especulación financiera”, argumentó Fernando Iglesias. No sería el único: las defensas más vehementes de los Milei no provendrían de LLA -que optó por la discusión técnica del reglamento y no del fondo-, sino del PRO.

Fue cuando UxP intentó colar el tratamiento de la conformación de la comisión de Juicio Político, sin embargo, cuando el PRO aprovechó para brillar. “Está claro que el pedido de sesión especial fue funcional a facilitar esto que está pasando ahora, que es lisa y llanamente el pedido de juicio político al presidente Milei”, cruzó Silvana Giudici, la bulrrichista secretaria parlamentaria del PRO. También saldrían en defensa del gobierno Damián Arabia y Alejandro Finnochiaro. 

“Acá nadie está queriendo destituir a nadie. Acá ocurrió un hecho grave y la Constitución dice que la comisión que se ocupa de investigar es la comisión de Juicio Político”, argumentó Carolina Gaillard (UxP), quien presidió la comisión durante el gobierno del Frente de Todos. El peronismo, sin embargo, perdió la votación con 104 votos a favor y 128 en contra. Los únicos que respaldaron la iniciativa de UxP fueron la izquierda, el socialismo y la cordobesa Natalia de la Sota.

El desafío de la oposición, a partir de ahora, será sostener el tema Libra en la agenda. El próximo martes y miércoles las comisiones de Asuntos y de Peticiones fueron emplazadas para tratar la creación de la comisión investigadora. El miércoles se buscará emplazar, pero el verdadero objetivo será otro: romper la coraza comunicacional de Santiago Caputo y sostener el tema en la agenda. Lo mismo con el caso de los proyectos que piden la interpelación de Karina Milei y Guillermo Francos, que fueron aprobados en el recinto con el apoyo, esta vez, del radicalismo. 

En ambos casos, es el impulso de la comisión de la comisión: ninguna avanzada que ponga en grave peligro al triángulo de hierro. Pero la oposición es tiempista y aguarda a que, día a día, las novedades judiciales y periodísticas de la causa vayan nutriendo el tema. “Al Gobierno le salió mal esto. Vamos a estar los próximos 15 días hablando solo de esto”, reflexionaba un aliado del Gobierno, mientras abandonaba el recinto. Afuera, la policía había empezado a reprimir la manifestación en defensa de los jubilados.