{jkhighlight}La serie de televisión “The X Files” estuvo al aire desde 1993 hasta 2002, con nueve temporadas y una premisa muy clara: dos agentes del FBI que iban tras fenómenos paranormales{/jkhighlight}.
Fox Mulder (David Duchovny) y Dana Scully (Gillian Anderson) mostraban a una dupla que no respondía a los estereotipos de género de la época en varios sentidos: se trataban como iguales y ella era la mitad racional y escéptica.
Una médica inteligente, fuerte y dura, que traía a su compañero de vuelta a la realidad. Hasta ese momento, la única imagen de las profesiones científicas en la televisión era la de hombres blancos ultra nerds o locos.
Este estereotipo tenía de hecho su correlato en la realidad: los niños/as a partir de la edad escolar comienzan a relacionar las matemáticas y las materias científicas con lo masculino. Algo de eso tendrá que ver con que solamente el 24% de los puestos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM, por sus siglas en inglés) estén cubiertos por mujeres.
{jkhighlight}Dana Scully se convirtió en el primer personaje que mostraba a una mujer científica en un programa de horario central. El personaje encarnado por Gillian Anderson no solo generó fanatismo entre las jóvenes de la época{/jkhighlight}.
Además, logró aumentar el interés en las carreras de STEM. Según un estudio del Instituto Geena Davis, un 55% de las mujeres aumentó su interés en carreras de STEM a raíz de este personaje. Así nació el llamado “Efecto Scully”.
El estudio encuestó a mujeres interesadas en el programa para confirmar la sospecha de la enorme influencia que había tenido este personaje en la generación de la época. Pero {jkhighlight}los resultados fueron sorprendentes: un 63% incluso afirmó que Scully las inspiró a tener más confianza en ellas mismas para moverse en profesiones masculinizadas{/jkhighlight}.
Estos datos demostraron la fuerte influencia que pueden tener los modelos de rol y los estereotipos en las decisiones profesionales y personales. Un cambio en la cultura, dejar atrás las representaciones estereotipadas de los géneros, tiene un impacto real para crear sociedades más igualitarias.
En la misma línea, Microsoft realizó un informe que demuestra que hay una diferencia del 20% entre las jóvenes que tienen un modelo a seguir en el campo de STEM (73%) y las que no lo hacen (53%). Por eso, la importancia de visibilizar personas con distintas trayectorias y características a través de programas que busquen saldar estas brechas.
Sin las habilidades blandas, sin desarrollo de liderazgo, sin el desarrollo de capacidad de análisis, de categorías analíticas, de pensamiento crítico, lo técnico está buenísimo, pero no alcanza.
Entonces nunca vamos a potenciar las STEM sino trabajamos todas esas habilidades que tienen que ver con derribar los estereotipos de género en la primera infancia.
A partir de la necesidad de potenciar y fomentar los STEM, Bridge The Gap diseñó el programa Crea Futura, que busca cerrar brechas de género, así como abrir las posibilidades a niñas y adolescentes a pensar nuevos futuros a través del contacto con referentes que puedan contar sus historias y así inspirarlas a crear un camino distinto: su propio camino, libre de estereotipos.
* Por Cintia González Oviedo, fundadora y CEO de Bridge The Gap, consultora especializada en Género, Diversidad e Inclusión
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