En tanto, la pistola calibre .32 con la que el hombre quiso matar a la expresidenta pertenecía a un vecino del imputado que falleció en 2021, y los investigadores intentan determinar si el acusado se la había pedido prestada o si se la robó.

Fuentes policiales informaron a Télam que el cotejo de imágenes fue realizado por los peritos de la División Individualización Criminal de la Superintendencia de la Policía Federal Argentina (PFA) entre fotografías de los tatuajes del detenido y los videos donde se observa el momento del ataque.

De esta manera se concluyó que el tatuaje nazi de Sabag Montiel tiene en su mano izquierda es el mismo que aparece en la mano de la persona que el jueves intentó asesinar a Cristina.

El estudio, que ya está en manos de la jueza federal María Eugenia Capuchetti, analizó por dimensiones y morfológicamente el tatuaje que tiene en su mano el agresor y llegó a la conclusión de que se trata de la misma "Cruz de Hierro" -condecoración tradicional del ejército alemán originaria del reino de Prusia y que se dejó de otorgar en 1945 porque se la asociaba a las que se entregaban durante el nazismo-, que tiene tatuada Sabag en su mano izquierda.

El video clave que permitió hacer el cotejo es el que fue grabado con un celular por un militante, de frente a la Vicepresidenta, y en el que aparece en primer plano la mano tatuada del frustrado tirador.

Esta grabación es una pieza clave de la investigación ya que en la misma filmación, que tiene audio, se escucha cómo el atacante gatilló la pistola Bersa calibre .32 a centímetros de Fernández de Kirchner, pero el arma no se disparó.

En varias fotos que Sagab Montiel tenía subidas a sus redes sociales, se observa este tatuaje de la Cruz del Hierro.

Si bien en esas imágenes parecería que el tatuaje identificado está en la mano derecha, las fuentes aclararon a Télam que son fotografías tomadas con la cámara frontal del celular, en modo “selfie”, y por ello aparecen invertidas “en espejo”.


El origen del arma

Por su parte, esa pistola Bersa calibre .32 había pertenecido hasta el 2021 a un hombre domiciliado sobre la calle Condarco, en Villa del Parque, vecino en aquel entonces del atacante.

El dato ya fue incorporado al expediente que tiene a su cargo la jueza Capuchetti, ante quien el viernes el imputado se negó a declarar y no hizo mención sobre el arma, dijeron las fuentes judiciales, quienes confirmaron que el hombre permanecía hoy encerrado en una celda individual de la sede policial de la calle Cavia, en el barrio de Palermo, y custodiado por dos efectivos.

Los pesquisas de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal Argentina (PFA) ya tienen acreditado que la pistola era de un hombre fallecido.

“Era vecino y amigo de Sabag Montiel”, dijo uno de los investigadores consultados por Télam, quien confirmó que al momento de secuestrarla, la pistola tenía la numeración limada y solo podían verse los últimos tres números 250-.

Lo que aún no tienen claro los investigadores es si el acusado se la había pedido prestada a su vecino y que, una vez fallecido, se apropió de ella, o si se la robó.

Además, los pesquisas confirmaron a Télam que las 100 balas halladas en la casa del detenido en la calle Uriburu al 729 de la localidad bonaerense de San Martín, eran del mismo calibre .32 corto de la pistola que utilizó para cometer en frustrado atentado.

Allí, también secuestraron documentación del detenido, como una fotocopia de su DNI, un certificado de actividades esenciales con motivo de la pandemia de coronavirus, un certificado médico, un certificado de discapacidad que resultó ser falso y estaba hecho a nombre del detenido como si hubiera sido expedido por la Junta Evaluadora de Quilmes y una radiografía dental.


El entorno de Sabag Montiel bajo la lupa de la justicia

Los funcionarios judiciales buscarán en los próximos días responder si el agresor actuó solo y analizar los mensajes recibidos en su celular, el acceso al arma que utilizó y el perfil de su "entorno violento".

La investigación judicial sobre el atentado contra la vida de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que llevan adelante la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo, buscará en los próximos días responder si el agresor detenido actuó solo y cuál fue el recorrido que hizo en los momentos previos al ataque.

También se analizan los mensajes recibidos por el sospechoso en su celular; el acceso al arma que utilizó; su perfil y el de su “entorno violento”.


Las redes sociales

La posible participación de Fernando André Sabag Montiel en foros digitales y redes sociales en las que se comparte contenido neonazi es uno de los elementos enfocados con particular atención por parte de los investigadores que dieron intervención para esa parte de la pesquisa a la Unidad Fiscal Especializada en Cibercrimen (UFECI) que encabeza el fiscal Horacio Azzolin.

Si bien trascendió que el perfil de Instagram de Sabag Montiel había sido ocultado por la firma Meta, para evitar difundir contenidos de personas que revindiquen la violencia, esa información aún no fue formalizada en el expediente y los investigadores intentan determinar si alguien de confianza del agresor llegó a manipular contenidos en las horas posteriores al ataque.

Un dato que está bajo análisis es que las redes sociales del agresor registraron movimientos después de las 23 horas del jueves, cuando Sabag Montiel llevaba dos horas detenido.

Quienes monitorearon sus redes durante aquella noche y la madrugada del viernes aseguran que los perfiles del atacante fueron modificados.

“Estamos trabajando muy fuertemente en el perfil del agresor”, aseguró ante Télam una fuente de la investigación, mientras que otro de los voceros consultado puso énfasis que los contactos de Sabag Montiel con otra gente de características violentas, que hubieran podido estar al tanto de los planes del sospechoso.


El arma

En las primeras 48 horas de investigación, el expediente acumuló 2.000 páginas que contienen algunas certezas escalofriantes: el arma, que finalmente falló por motivos aún no esclarecidos, no solo estaba “apta para el disparo” sino que también había sido percutada poco tiempo antes, algo que surge de los restos de pólvora que se le detectaron, informaron fuentes judiciales.

¿Cómo llegó esa pistola Bersa calibre 32 a las manos del agresor? ¿Qué fue lo que hizo el atacante las horas previas? ¿Qué camino tomó para llegar hasta la casa de la vicepresidenta para intentar asesinarla? ¿Actuó solo o respondía ordenes de alguien más? ¿Por qué falló la custodia?

“Todas las hipótesis están abiertas, todas esas son preguntas que se hace la investigación”, afirmó a Télam una fuente judicial que explica que durante sábado y domingo un equipo trabajará específicamente con la información que ya fue colectada.

Se trata de un relevamiento que incluye cámaras de seguridad, llamadas entrantes y salientes y los datos obtenidos del teléfono Samsung del atacante y de una computadora HP que le fue secuestrada.

El arma, pudo confirmar Télam, pertenecía a un vecino del imputado que falleció en 2021 y ahora los investigadores intentan determinar si el acusado se la había pedido prestada, si se la robó o si pasó por manos de alguien más.


El perfil del atacante

Sabag Montiel, de 35 años, nacido en Brasil y radicado en Argentina desde 1993 ya fue indagado por la jueza Capuchetti y el fiscal Rívolo.

Se mostró silencioso y llamativamente tranquilo; se negó a declarar y tan solo comentó que el moretón del hematoma que tiene en uno de sus ojos fue producto de un golpe que recibió en el momento que lo redujeron los manifestantes que lograron su detención.

La indagatoria se hizo en el anochecer del viernes en la sede de la Policía Federal, ubicada en la calle Cavia y el imputado eligió ser representado por el defensor oficial Juan Martín Hermida.

La elección del lugar de la indagatoria pone de relieve que los magistrados consideraron que era muy riesgoso trasladar al agresor desde esa sede en Palermo hacia los tribunales federales de Comodoro Py en el barrio porteño de Retiro y entonces prefirieron movilizarse ellos, algo que no es habitual.

En relación a la defensa, el dato llamativo fue que en la mañana del viernes, un hombre de apellido Barreiro se presentó en la sede policial de Cavia para pedir una entrevista con Sabag Montiel y aseguró ser un abogado privado enviado por la familia.

Pero el imputado lo rechazó y nadie ratificó en público que la familia del detenido le haya enviado un letrado para representarlo.

Los investigadores ya reunieron unas 24 declaraciones testimoniales, además de haber obtenido las cámaras de seguridad de la zona y decenas de videos de producción personal que salieron de los teléfonos celulares de quienes se habían acercado el jueves a saludar a la Vicepresidenta.

La propia Cristina Fernández de Kirchner ya declaró como víctima en el expediente: contó su mirada de los hechos, no hizo mayores referencias políticas y no pidió ser querellante, lo que le habría dado la posibilidad de intervenir activamente en el expediente.

El dato saliente de la testimonial de la Vicepresidenta fue que contó que no se dio cuenta lo que había pasado hasta un rato después, cuando estando en su casa pudo ver los hechos por televisión, confirmaron a Télam fuentes judiciales y allegados a la exmandataria.


El celular del detenido, bloqueado y con riesgo de perderse

El teléfono del detenido fue bloqueado en uno de los intentos por extraer información por parte de la PSA, por ello declararán hoy los ténicos a los que les apareció la leyenda que daba cuenta de un posible formateo del teléfono. Desde el Juzgado, confían en que la cadena de custodia no fue vulnerada.

El teléfono celular que portaba Fernando André Sabag Montiel, el agresor detenido por el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, fue bloqueado en uno de los intentos por extraer información por parte de las fuerzas de seguridad, por lo que esa prueba fundamental para la investigación corre riesgo de perderse, confirmaron a Télam fuentes judiciales.

Para explicar el evento técnico fueron citados a declarar este domingo, los dos técnicos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) a los que les apareció la leyenda que daba cuenta de un posible formateo del teléfono.

Así sucedió en un nuevo intento que hicieron para extraer información como parte de las actuaciones en la causa por el atentado sufrido por la vicepresidenta el jueves último, horas después de que el aparato hubiera sido manipulado por técnicos de la Policía Federal Argentina (PFA), que fue la primera fuerza en intentar extraer información.

A pesar del inconveniente que mantiene en vilo a los investigadores, desde el juzgado a cargo de María Eugenia Capuchetti manifestaron confianza en que la cadena de custodia no fue vulnerada y aseguran contar con toda la prueba documental que daría cuenta de ello.

Desconocen, de todas formas, el alcance del evento, por lo que no pudieron determinar aún si se podrá recuperar la información.

El teléfono había sido secuestrado cuando detuvieron a Sabag Montiel en la noche del jueves, tras el ataque a Fernández de Kirchner cuando llegaba a su domicilio en el barrio porteño de Recoleta: el agresor lo llevaba en el bolsillo de su campera.

El teléfono estaba apagado y sin batería. Lo colocaron en un sobre cerrado y lo trasladaron al juzgado, por orden de la magistrada.

Se encendió cuando lo conectaron para intentar la primera extracción y, de inmediato, fue colocado en modo avión para que nadie pudiera tener acceso remoto al teléfono.

En el juzgado comenzaron los intentos de extracción con personal técnico de PFA y la utilización de un sistema denominado UFED, siempre en presencia de personal judicial.

Los dos técnicos de PFA manipularon en teléfono y fueron dando cuenta de las maniobras al secretario del juzgado Federico Clerc.

Cuando asumieron que los intentos fracasaron, elaboraron un informe para dejar registro de lo realizado y la condición en la que el teléfono quedó bajo custodia del juzgado en un sobre abierto y en la caja fuerte.

Horas después, el juzgado recibió la noticia de que la PSA contaba con un sistema más actualizado que podía intentar extraer la información y hacia allí se llevó el aparato en un auto de custodia y un secretario del juzgado.

En las oficinas de la PSA intentaron nuevamente la extracción de la información y allí surgió la leyenda que daba cuenta de que el mismo había sufrido un "resetado de fábrica", según reveló el periodista de Página/12 Raúl Kollmann, y no era posible realizar la operación.

En esas condiciones, el teléfono volvió, siempre encendido y en modo avión, a la caja fuerte del juzgado, en el mismo auto en el que había sido llevado hasta la sede de la PSA en Ezeiza.

A partir de allí se convocó a dos integrantes de PSA para que informen el evento de modo técnico, lo que ocurrirá este domingo.

En el juzgado descartan que el teléfono haya podido ser intrusado de forma remota porque permaneció en modo avión desde que fue secuestrado, por lo que sospechan que el reseteo pudo haberse producido por la multiplicidad de intentos de acceder al mismo.

Persiste la duda en relación a si se perdió la información.

Fuente: Télam