Así, entre el presidente del bloque radical y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, desactivaron un Congreso que se disponía a aprobar, presumiblemente con amplias mayorías, proyectos que el presidente Javier Milei ya había adelantado que va a vetar si se convierten en ley. Lo llamativo del caso es que la connivencia entre el cordobés y el riojano llegó al terreno administrativo: tan bien escondieron la nota en cuestión que tanto el bloque radical como los responsables administrativos de la Cámara se negaron a entregarla. Hubo un acuerdo para que ese documento no se conozca. Desde el entorno de Menem ensayaron hasta la respuesta más inesperada: "No está la nota, fue un pedido oral". Sin embargo, el expediente ingresó con el número 3420-D-2024 y saldría publicado en el Trámite Parlamentario de este miércoles, o al menos eso les dijeron a los legisladores opositores que pidieron conocerlo.
El trámite oscuro. 

La nota, oficializando la postergación de la sesión, debería estar llegando este miércoles por la mañana a las cuentas de mails de todos los bloques. Según fuentes parlamentarias que vieron la solicitud, el grupo de diputados radicales pidió patear el temario al menos un mes más, sin especificar día y hora para tratarlo. Este martes, temprano, tanto la presidencia del bloque de la UCR -la que envió la nota- como la conducción de la Cámara -la que la recibió- negaban tener copia de ese mail. La lectura era concreta: lo que buscaban ocultar De Loredo y Menem, al menos mientras pudieran, era la lista de diputados radicales que acompañaban, con su firma, al cordobés. Una fuente administrativa del Congreso confió a Corta que seis diputados radicales sumaron su firma a la de De Loredo en el pedido de postergación; el pedido de sesión especial, hace un mes, lo habían firmado doce. 
La interna eterna. 

Todo está atravesado por la interna entre las distintas tribus radicales, que se dividen entre los más cercanos al oficialismo, encabezados por De Loredo; los del sector Evolución, que se referencian en Martín Lousteau pero gestiona Emiliano Yacobitti; y los "rebeldes" de Facundo Manes. Para alcanzar una tregua, el 4 de junio estas tres líneas acordaron convocar a una sesión por la agenda educativa, pero pateándola un mes hacia adelante. La fecha dispuesta fue el 3 de julio y la excusa fue darle prioridad y tiempo a la ley bases. La ley bases ya salió, el tiempo de la tregua se acabó y llegaba el día de la sesión. "No quieren filtrar quienes la firmaron, porque tampoco la pasaron al bloque", confió a este medio una diputada radical interesa en que los proyectos para financiar a las universidades y reinstalar el FONID se traten y se aprueben. La misma fuente que el chat interno fue un incendio en las últimas horas. Desde la semana pasada se sabía que la Cámara no se iba a reunir, pero nadie se hacía cargo ni sabía explicar bien por qué. Menem nunca la convocó, pero el reglamento es claro: tenía que hacerlo. Hasta que entró la nota de De Loredo y el riojano se relajó. La misma nota que, en el entorno de Menem, dicen que no existe. Curiosidades de la experiencia libertaria al comando de las instituciones. 

La explicación

Off the record, en el radicalismo más cercano al Gobierno dicen que la postergación es parte de un acuerdo entre Guillermo Francos y los gobernadores de la alianza antes conocida como Juntos por el Cambio, a quienes presuntamente el jefe de Gabinete les pidió frenar los proyectos educativos y que, antes, evalúen el impacto en sus arcas de la restitución del impuesto a las Ganancias. Una hipótesis que, consultada en la liga de mandatarios del PRO, la UCR y aliados, nadie sostiene.

"Todos los meses cae la coparticipación, porque se va a pique la recaudación. ¿Cómo vamos a rechazar la guita del FONID?", se preguntó un operador de uno de estos gobernadores. Además, esta versión solo alcanzaría para explicar lo vinculado al refuerzo salarial docente, hito conseguido por la Carpa Blanca que se instaló frente al Congreso durante el menemismo. Ahora, ¿qué tienen que ver las provincias con las universidades nacionales? Acá la explicación es otra: que ya hubo un acuerdo con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) por lo que el debate quedó "abstracto". Sin embargo, ese acuerdo alcanza solamente a los recursos destinados al funcionamiento, algo así como el 9% del total del presupuesto que demanda la educación universitaria. El 91% restante es el salario de las y los docentes, que siguen corriendo de atrás a la inflación. Kilométricamente de atrás.
Rodrigo salvador. 

Más allá de la bronca en el radicalismo, en varios despachos se registraron escenas de alivio al confirmarse que no había sesión. Los únicos que estaban disponibles para dar el debate era la mayoría de Unión por la Patria (UxP), el bloque de izquierda y el ala progresista de Hacemos Coalición Federal (HCF), la bancada que preside Miguel Pichetto. El rionegrino es uno de los que se tomará unos días, tras el trajín parlamentario del primer semestre. Según el muy recomendable newsletter parlamentario "Hecha la ley", pasará unos días en el balneario El Cóndor, de su provincia, sin más compañía que la de su perro. En la sesión de la ley Bases, la diputada Blanca Osuna se paseó por el recinto, consultando uno por uno a los radicales que habían pedido la sesión si seguía en pie. Todos le dijeron que sí. Varios de esos ya se están tomando un descanso de su labor parlamentaria.
Bonus track.

En silencio, la comisión de Legislación del Trabajo continuó un debate que arrancó el año pasado sobre los distintos proyectos que hay para la reducción de la jornada laboral. La idea que tiene el presidente de la comisión, Martín Tetaz (UCR), es reunir al cuerpo después del parate de invierno para ya avanzar en los dictámenes. De allí saldrán, casi con seguridad, dos propuestas distintas. La de UxP, que es reducir la jornada a 36 horas semanales y seis horas por día; y la de Tetaz, que propone una jornada laboral "alternativa", que de manera optativa y mediante un acuerdo entre la empresa y los trabajadores, "exploren" una jornada laboral. Para esto, mantendrían las 48 horas semanales pero eliminarían el tope de ocho horas diarias. Lo que permitiría, por ejemplo, acordar una semana laboral de cuatro días, de doce horas por día, por citar un caso hipotético.
 
Fuente: Corta.com