Al mismo tiempo que las fuerzas federales reprimían en las inmediaciones del Congreso a los manifestantes que habían ido a acompañar el reclamo de los jubilados, la Policía Federal detenía a mansalva a varias personas que deambulaban por Plaza de Mayo. En ese contexto, dos chicos de 14 y 12 años que habían salido de la escuela fueron detenidos, precintados e incomunicados durante horas.
Mariela Gómez, la madre del nene de 14, dio algunas precisiones de cómo ocurrió todo. “Salían del colegio, estaban a pocas cuadras de ahí y al no haber colectivos para poder viajar empezaron a deambular y caminar para ver por dónde podían ir, porque no conocen mucho por ahí”, explicó y detalló que los chicos habían salido de la escuela cerca de las 17.30.
En diálogo con Radio Con Vos, Mariela señaló que al llegar a la Casa Rosada, “había corridas, disparos y se asustaron. El compañero de él que tenía un mate, porque llevan mate al colegio, se ve que el mate voló en medio de las corridas. Los policías los agarraron y pusieron que ellos tiraban piedras a la Casa Rosada”.
Según reconstruyó la mujer, “los dos nenes estuvieron con precintos por dos horas. Gracias a dos mamás que se quedaron ahí, unas señoras que vieron toda la situación y se quedaron con ellos acompañándolos y no dejaron que les hagan un montón de cosas, ni que se los lleven”. Ademas, los chicos estuvieron bajo el frío y no los dejaron ir al baño, denunció.
Mientras los chicos permanecían en esa situación, estas dos mujeres comenzaron a comunicarse con abogados vinculados al derecho a la niñez para determinar las irregularidades del procedimiento. Tras unas dos horas, “les sacaron los precintos y recién como a las nueve de la noche se pudo comunicar conmigo una de estas mamás, porque mi hijo de los nervios no se acordaba del número de celular. El nene tenía el celular en el bolsillo, pero no se lo dejaban agarrar”.
“Ahí me pude enterar de todo, estaba preocupada, no sabía donde estaban. Había empezado a llamar a compañeros y me dijeron que estaban llegando a eso de las 20 porque no había colectivos. Cuando me enteré, me fui corriendo para allá y ahí estaban con la policía, y los liberaron recién cuando firmé un acta. Lo hice en disconformidad, porque ahí figura que tiraron piedras y los chicos y los testigos dicen otra cosa”.
“Nunca les preguntaron de dónde venían, quienes eran, qué estaban haciendo. Los chicos tenían la mochila del colegio. Tenían el celular, me podrían haber llamado. Gracias a esas dos señoras, que les agradezco que se quedaron hasta que nos fuimos, sino no sé qué hubiera pasado”.
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