En un giro de 180 grados de su estrategia, la Procuradora General, Alejandra Gils Carbó cumplió uno de los deseos más anhelados por la Casa Rosada y presentó su renuncia al cargo de jefe de los fiscales, con efectos al 31 de diciembre próximo. Así completó una jornada de celebración para el Gobierno que ya se pone en carrera para tantear a su sucesor, en la primera prueba de fuego para generar un acuerdo concreto con el PJ. Arrinconada por el fallo judicial que eliminó la vía de juicio político como método de remoción y ante la inminente reforma anunciada por el oficialismo de la Ley Orgánica del Ministerio Público, Gils Carbó sorprendió a propios y extraños y puso fin a su mandato ante la certeza de que el Gobierno avanzaría con éxito en su remoción. El Ejecutivo no tardó en festejar el paso al costado de la funcionaria que se acogerá ahora al régimen jubilatorio y de no haber reemplazante, será interinamente suplantada por el procurador ante la Corte Eduardo Casal, desde 2018.

La decisión fue adoptada en completa soledad durante el fin de semana, tras recibir señales de la Cámara Contencioso Administrativo Federal sobre el destino del fallo que anuló el mecanismo de juicio político para remover al Procurador. Una ratificación de esa sentencia, dejaría el camino libre para que el Gobierno acelerase la sanción de un método que con mayoría simple en Diputados pusiera fin a su mandato. Lejos de su primer reflejo de resistencia tras haber sido procesada en una endeble causa penal por la compra de un edificio para la Procuración, Gils Carbó le comunicó a su mesa chica que su permanencia implicaría un desgaste institucional. Con ese espíritu dirigió su carta de renuncia al presidente Mauricio Macri destacando su gestión y sin críticas directas al Gobierno. "Con la esperanza de que esta decisión disuada reformas que, amén del debilitamiento señalado (a la autonomía de los fiscales), rompen el equilibrio que debe regir el sistema de administración de justicia, doy por finalizada mi labor", concluyó Gils Carbó. Sin embargo, el Gobierno anunció que de todas formas aspira a sancionar una reforma, con límite temporal al Procurador y mayoría simple de Diputados y Senadores que puedan tomar la decisión de remoción. El problema se trasladará ahora a los fiscales, que se sorprendieron y cruzaron mensajes apenas pasadas las 11 cuando se desayunaron con la novedad. A Gils Carbó le hicieron llegar señales de apoyo y destacaron la "madurez" de la decisión desde el ámbito judicial, académico y político. Atrás quedó también la estrategia de acudir a estrados internacionales y la comparativa con el régimen venezolano, que también puso contra las cuerdas a la jefa de los fiscales. El Gobierno ganó un puesto clave pero perdió un chivo expiatorio, a quien responsabilizar por eventuales desventuras judiciales a funcionarios. Macri aceptará la renuncia que fue elogiada por el jefe de Gabinete Marcos Peña y por el Ministro de Justicia, Germán Garavano.

La salida de Gils Carbó activó la danza de nombres para su reemplazo: el jurista Alberto García Lema volvió a asomar como el preferido para una etapa de transición. Lo apoya el sector ligado a Juan Manuel Urtubey, Miguel Ángel Pichetto y Pedro Guastavino en el PJ. El acompañamiento del peronismo será determinante. Le sigue en orden de preferencias el fiscal de Casación, Raúl Pleé auspiciado por el angelicismo y el camarista de ese tribunal, Gustavo Hornos, cuya terminal es identificable en el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti. El pelotón de candidateables lo completan la jueza del Superior Tribunal porteño y excompañera de gimnasio de Macri, Inés Weinberg de Roca y el coordinador de reforma del Código Penal y camarista Mariano Borinsky (como Hornos, con pasado también como fiscal). La mesa de abogados del PRO -con José Torello a la cabeza- había acercado el nombre del fiscal de Cámara Ricardo Sáenz, mientras que casi proclamado en soledad por Elisa Carrió siempre emerge el nombre de José María Campagnoli. Un tapado, con guiño de la "Superliga" de jueces federales, ahora en modo pausa, había dado luz verde a la propuesta del excamarista Gabriel Cavallo.