Así fue que pasaron cinco horas -con un cuarto intermedio de media hora- hasta que finalmente, a las 19.06, con un dilatado discurso de Eduardo Amadeo, leído entre insultos, empezó el debate por la iniciativa que cambia la fórmula jubilatoria.

Hasta aquí la sesión ya era lo suficientemente extensa. El cansancio era visible entre la mayoría de los diputados, pero todos eran conscientes que todavía faltaba la parte más ardua. Los más optimistas esperaban una votación a las 2 de la madrugada, pero teniendo en cuenta que a la 1 restaban 94 oradores se calculaba que el debate se prolongaría hasta las 8.

A raíz de esto, se definió que, cuando se vote la reforma previsional, no se seguirá con la tributaria -lo próximo en la orden del día- sino que se llamaría a un cuarto intermedio, probablemente al mediodía o a las 14.

Aunque probablemente la reforma de los impuestos no convoque las movilizaciones de los últimos días, es otra ley troncal para la Casa Rosada y el debate será muy peleado y prolongado. Ocupará todo el martes, por lo menos, cuando estaba previsto tratar en comisión el Presupuesto, lo que no será posible.

Al no poder discutir las dos normas en simultáneo, la comisión de Presupuesto quedó pospuesta para el miércoles. Y el tratamiento será el jueves, que, al tratarse de la "ley de leyes", la expectativa es otra sesión maratónica, que terminará en la madrugada del viernes.

En Cambiemos ya están mentalizados para estirar el debate de hoy. Es más, algunos dentro de la bancada lo reconocen como estrategia. Querían cansar al Frente para la Victoria, que utilizó todas sus fuerzas para hacer caer la sesión argumentando que el clima en las calles así lo pedía. Ahora, consideran que ya dan la votación por perdida y las voluntades para retomar la batalla desde los micrófonos no es la misma.

Fuente: Infobae