A Boca solo le bastó con el peso de la localía y con sumar más gente en el área; con tres delanteros como Giménez, Cavani y Zeballos; con Palacios manejando la pelota en tres cuartos, con Belmonte llegando a posición de gol y con los laterales bien subidos buscando una y otra vez con centros abrir el marcador.
Por esa vía, con Blanco y Blondel lanzados en ataque, llegaron las chances más claras de un Boca que no tuvo tanto juego, pero sí contó con la experiencia de sus
hombres de ataque.
Por su parte, Barracas se paró bien atrás y procuró que Boca manejara la pelota lo más lejos posible del arco de Ledesma. Pero no tuvo contra, apostó todo a la pelota parada y en especial a la altura de Facundo Bruera, el más alto de la cancha y de primera división.
Entonces, Boca tuvo tiempo y espacio para poder crear juego, facilidad para mover la pelota de una lado a otro y buscar siempre al mejor futbolista ubicado.
Blanco y Blondel fueron una máquina de tirar centros desde los costados, pero la mayoría de los envíos encontraron bien posicionados a los zagueros del Guapo. Tras un rechazo de Yonathan Rak, Cavani cortinó al arquero Ledesma y, tras un nuevo despeje del defensor, marcó de tijera para el 1 a 0.
Pero el árbitro Echenique consideró infracción ese débil contacto del uruguayo. Si bien el delantero utiliza su codo izquierdo para obstaculizar la salida del 1, pareció más un roce propio del juego más que un golpe al guardameta.
Desde una idéntica posición, Blanco tiro un centro desde la izquierda, y Rodrigo Battaglia la empujó al borde del área chica ante la floja respuesta del arquero en cuestión. El gol trajo más tranquilidad tanto dentro como fuera de la cancha, donde la impaciencia de los hinchas empezaba a sentirse cada vez más.
En el segundo tiempo, Boca mantuvo el ritmo de la primera mitad, pero sufrió algunas llegadas de un Barracas muy necesitado de puntos, que pasó a defender con línea de cuatro y le disputó a Boca la tenencia en la mitad de la cancha.
Hasta tuvo el empate con el Perrito Barrios, que recibió en la medialuna del área y remató tan mal que la pelota picó tres veces antes de salir. Sin mucha claridad, pero con mucha vergüenza deportiva, Barracas llevó el partido lejos de Ledesma y volcó el juego contra el arco de Marchesin, pero le faltó firmeza en los metros finales.
La entrada de Kevin Zenón le dio más dinámica al juego de Boca, que se plantó de contraataque y pudo ampliar la ventaja con otro gol anulado a Cavani, esta vez de manera inapelable, ya que Palacios había recibido de Merentiel en clara posición adelantada.
Boca sumó tres puntos, pero sobre todo ganó más tiempo para seguir buscando esa identidad que lo caracterice sin que la presión de buenos resultados vuelva a golpear su puerta.
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