Los dirigentes del G7 se reúnen este sábado en el sur de Francia bajo un clima de tensión, en una cumbre en la que tratarán cuestiones como los incendios en el Amazonas y la guerra comercial chino-estadounidense, aunque las grandes divisiones internas podrían minar la cita.

El presidente estadounidense, Donald Trump, y los otros líderes de este grupo de países ricos, se enfrentarán a protestas al pisar el famoso balneario de Biarritz, aunque un fuerte dispositivo policial de más de 13.000 efectivos las mantendrá lejos del emblemático Hôtel du Palais, que acogerá a los mandatarios hasta el lunes.

Los primeros enfrentamientos entre manifestantes y policías estallaron el viernes por la noche en Urruña, una localidad al sur de Biarritz, donde 17 personas fueron detenidas y cuatro agentes resultaron levemente heridos.

Manifestantes anticapitalistas y altermundialistas, a los que se unirán militantes vascos, esperan también reunir el sábado a 10.000 personas para marchar de Hendaya, al sur de Biarritz, hasta Irún, en España, tras la clausura de una contracumbre.

Los incendios que se multiplican en la selva amazónica, tachados por el presidente francés, Emmanuel Macron, de "crisis internacional", se invitaron a último minuto en la agenda de esta tradicional cita de las siete grandes potencias democráticas e industriales.

"La Amazonía está ardiendo y es algo que nos concierne a todos", dijo Macron el viernes en una entrevista con el sitio web Konbini.

París fue un paso más allá al anunciar que podría bloquear el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur por las "mentiras" del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en materia de compromisos medioambientales.

Macron pidió conversaciones de emergencia en el G7, con el objetivo de adoptar una respuesta "concreta" a los incendios que se expanden en el "pulmón del planeta". "Vamos a intentar movilizar a todo el mundo para levantar fondos, para poder reforestar lo antes posible", dijo el presidente galo.

La cumbre, en la que participan los líderes de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, Canadá y Japón, estará también dominada por el recrudecimiento de la guerra comercial entre Washington y Pekín, que aumentaron recíprocamente sus aranceles.

"Debemos reequilibrar la relación comercial muy injusta" con China, escribió el viernes en Twitter el presidente Trump, quien respondió a los nuevos aranceles anunciados por Pekín a productos estadounidenses con más gravámenes a bienes chinos.

"Francamente no necesitamos a China y estaríamos mejor sin ellos", sentenció Trump, en una salva de tuits en los que ordenó a las empresas de su país "que empiecen a buscar inmediatamente alternativas a China", sin detallar qué mecanismo puede usar un presidente para impedir a las empresas comerciar con Pekín.

Las bolsas reaccionaron con nerviosismo al anunció de China y Wall Street abrió en rojo y ahondó las pérdidas después del anuncio de Trump. Al cierre de la jornada el Dow Jones perdió un 2,4% y el Nasdaq cedió 3%.

"Vemos las tensiones comerciales como la amenaza más importante al crecimiento mundial", señaló un alto funcionario de la UE a la prensa antes de la inauguración del G7. El foro de las principales democracias industrializadas marcará también el debut en la escena mundial del primer ministro británico, Boris Johnson, quien mantendrá su primer encuentro con Donald Trump, acérrimo defensor de un Brexit sin concesiones.

"Mi mensaje a los líderes del G7 esta semana es el siguiente: el Reino Unido que yo dirijo será una nación internacional, abierta al exterior y segura de sí misma", señaló el viernes Johnson, quien se comprometió a sacar a su país de la UE el 31 de octubre, con o sin acuerdo con Bruselas.

La Casa Blanca dijo horas antes del G7 que Donald Trump estaba "muy entusiasmado" con la idea de hablar con Boris Johnson de un futuro acuerdo de libre comercio entre los dos países.

Sobre la crisis nuclear iraní, un tema espinoso que amenaza con abrasar Oriente Medio, Francia no pierde la esperanza de lograr obtener algunas concesiones de Trump durante la cumbre.

Macron, decidido a erigirse como mediador en esta cita mundial, se reunió la víspera con el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, quien en una entrevista con la AFP tildó de "alentadoras" las propuestas de París para desbloquear la crisis.

Sin embargo, el presidente francés eliminó del menú la tradicional declaración final de los líderes del G7, presintiendo el peligro tras el giro inesperado en la precedente cumbre en Canadá, donde Donald Trump rechazó firmar las conclusiones que había aceptado poco antes.