El Gobierno presentó ayer en sociedad el primer proyecto integral de reforma impositiva elaborado por la gestión de Mauricio Macri; con una intención puntual: acelerar los ingresos subiendo impuestos de fácil recaudación, y extendiendo en el tiempo (hasta seis ejercicios fiscales hacia delante) la rebaja en la presión tributaria de los contribuyentes. La cámara de ingreso será la de Diputados y consta de 220 páginas que incluyen un capítulo especial para la modificación de la ley penal tributaria agravando las penalidades para los evasores de más de un millón de pesos).
En el primer capítulo se incluye la creación del impuesto a la renta financiera, el alza de impuestos internos, la modificación de los tributos a los combustibles, cambios en el IVA alcanzando a más actividades y subas en el código aduanero. En cambio, habrá rebajas en Ganancias para las empresas que inviertan, la posibilidad de tomar el tributo al cheque también a cambio de Ganancias, eliminación gradual del Impuesto a las Tranferencias Inmobiliarias (ITI) y mejoras en el tiempo de devolución del IVA. El objetivo de la estrategia es simple: que la reforma impositiva sea el primer componente del Mecano integral que el gobierno de Mauricio Macri tiene en carpeta para lograr el objetivo clave de reducir el déficit fiscal del 4,5% aproximado al que se llegará este año, al 3,2% que se promete para el 2018. En total serían unos $130.000 millones de pesos, de los cuales entre 30 y 40% debería aportar la reforma presentada ayer. Para el resto se confía en lo que se logre con la modificación de la "movilidad Jubilatoria".
El Gobierno sabe que tiene el apoyo en un 80% del total de la reforma, pero que deberá negociar, largamente, el alcance del, ya modificado, impuesto interno a las bebidas azucaradas. En este punto el bloque oficialista, directamente, no tiene los votos necesarios para aprobar la ley; y deberá decidir si elige mantenerlo a riesgo que caiga en el momento de votar la norma en particular. Las provincias que no apoyaran la aplicación del 17% a las bebidas azucaradas son Entre Ríos, Córdoba y Tucumán, todos territorios donde gobierno el justicialismo y donde la oposición tiene más legisladores que el macrismo en el Congreso. Ayer se sumó además el gobernador de Corrientes Ricardo Colombi, que en declaraciones a Radio Rivadavia aseguró que, de mantenerse este tributo, sus legisladores votarán en contra. El enojo de estas provincias, es que caería la venta de cítricos (limón y naranjas) y azúcar, lo que perjudicaría a los productores regionales, especialmente cooperativas. Se le crítica en este punto al proyecto, el haber incluido como bebida "perjudicial para la salud" a los jugos de frutas azucarados. También están alcanzadas las bebidas energéticas y las isotónicas.
En el capítulo de impuesto internos a las bebidas "perjudiciales a la salud", el gobierno cumplió con su palabra y descartó incluir el impuesto a los vinos, sidras, espumantes y champagnas; con lo que, en principio, se garantizó los votos de legisladores de Mendoza, Salta, San Juan, Jujuy, Neuquén y Río Negro. Tampoco se aplicará en el caso de las cervezas, que continuarán tributando un 8% total. El alcance del impuesto a otras bebidas alcohólicas será amplio y pasará del 20 al 19% en el caso del whisky, coñac y otras bebidas destiladas. También pagará el impuesto el fernet.
El proyecto en general tiene doce títulos y y comprende un paquete de modificaciones en el impuesto a las Ganancias, IVA, seguridad social, aranceles a la importación, y contribuciones patronales. Se fijaron también mayores impuestos a los combustibles (ver cuadro general en página 2) y al tabaco.
Donde el gobierno podría no tener problemas en su aprobación, es en la creación y aplicación del impuesto a la renta financiera, el primero de creación exclusiva del gobierno de Mauricio Macri. Tal como se preveía, se aplicará una alícuota del 15% para activos en dólares o indexados; y 5% para activos de renta fija en pesos no indexados. Los bancos en general aceptaron el tributo, bajo el argumento oficial que se necesitaba aplicar el impuesto para que varios bloques opositores apoyaran el proyecto. En especial se menciona al Frente Renovador de Sergio Massa y al Bloque Justicialista de Diego Bossio. Ambos sectores ya habían presentado proyectos que gravan la renta financiera, pero con alícuotas mucho mayores y con un alcanza a más operaciones financieras de las que alcanza el texto del macrismo. El argumento del ministerio de hacienda de Nicolás Dujovne a las entidades financieras, es que de haberse avanzado con las ideas opositoras, la situación sería aún peor para los bancos.
El texto presentado en Diputados, elimina el impuesto a la transferencia de inmuebles, aunque se incorpora una alícuota del 15% a la ganancia de capital por compraventa de inmuebles que no sean de uso del contribuyente. En el caso del IVA habrá un régimen de devolución de crédito fiscal acumulado en empresas que hayan efectuado inversiones y no hayan podido recuperarla luego de los primeros seis meses de efectuada la inversión.
La intención oficial es que el proyecto comience a discutirse en comisión ya la próxima semana ; y que antes que termine el mes tenga algún tipo de redacción final para que llegue al recinto en el llamado a extraordinarias que Mauricio Macri anunciará en días. Pasaría después al Senado y, siguiendo los planes del macrismo, estar aprobada antes que termine el año. Sería la primera de varias reformas que el gobierno buscará aprobar rápidamente.
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El Gobierno presentó su reforma impositiva, aún no tiene los votos
Cinco provincias mantienen su voto “no positivo”. Es el único capítulo donde el Gobierno prevé conflictos. Se espera una aprobación de la oposición para la creación de renta financiera.
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