Las lluvias no paran y todo indica que seguirá de forma continua, lo que impedirá no sólo que los suelos se repongan ante tanto exceso de agua sino también que cultivos, como la soja, se desarrollen correctamente para llegar a lo estimado por el Gobierno de 54 millones de toneladas. A la fecha, se proyectan pérdidas por u$s2.200 millones que no serán de la partida del Central en su necesidad de controlar el tipo de cambio.
Es vox populi entre las entidades del campo, corredores y Bolsas de Cereales, que el piso de la campaña sojera es ahora de 50 millones de toneladas. Algunos son mas escépticos y se animan a sostener que rondará los 47 millones. Agroindustria lo sabe, pero entiende que las precipitaciones van a ceder. Por lo pronto, todos tienen los mismos modelos a la hora de saber lo que viene en materia climática.
Uno de ellos es el GFS (Sistema Global de Predicción, según sus siglas en inglés) que es utilizado por organismos oceánicos, tanto de Europa como en EE.UU. El mismo proyecta para los próximos días la caída de agua en las actuales zonas afectadas.
Para el especialista en agroclimatología de la UBA Eduardo Sierra "si bien se espera un parate para después del viernes, las lluvias volverán a partir del 24 de enero con la novedad que llegaran para la Cuenca del Salado, que hasta el momento no se vio afectado".
"La perspectiva para febrero es que será un mes con lluvias por arriba de lo normal", adelantó Sierra.
Un relevamiento entre distintos ingenieros agrónomos es que el problema actual pasa porque cultivos como la soja recibieron el agua en la primera etapa de crecimiento, "con lo cual le pega más dado que está en plena etapa de crecimiento, esto es un hecho inédito".
Normalmente las precipitaciones, como la de abril de 2017, se dieron en plena cosecha, lo que significa que la planta pasó todas las instancias de malezas o enfermedades y llego al final con el rendimiento ya definido. Hoy la constante caída de agua produce que la misma se sature y por consiguiente aparezcan las enfermedades que, si no son solucionadas, ocasiona la muerte del cultivo.
Hasta la semana pasada, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires señaló en su informe un aumento de 6,8 puntos de las regiones húmedas, al pasar del 7% al 13,8% del total de la soja sembrada. Las pérdidas están afectando a sectores de La Pampa, centro de Buenos Aires, Entre Ríos, centro-norte de Santa Fe y regiones del NEA.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) advirtió con las últimas lluvias 200.000 hectáreas se suman a las 100.000 de la semana pasada, las cuales quedaron fuera de la futura cosecha reduciendo sus estimaciones de 17,9 millones de hectáreas a las actuales 17,6 millones.
En este contexto, el área económica de Coninagro estimó sobre una base del 13,8% de superficie afectada, el cual representa 2,4 millones de hectáreas, un equivalente a 6,5 millones de toneladas, que de no darse, restaría la facturación del sector en u$s2.200 millones.
La entidad recordó que ya un informe del Banco Mundial de 2016 menciona que a la Argentina, las inundaciones le cuestan en promedio por año 0,34% del PBI en las zonas ribereñas, es decir, y teniendo en cuenta las proyecciones macroeconómicas para el 2019, un poco más de u$s1.500 millones.
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La continuidad de las lluvias para las próximas semanas pone en jaque la cosecha récord de soja
El BCRA ya resignó futuros ingresos de divisas por u$s2.200 millones.
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