El fallo de la Corte Suprema, que le dio la razón a las provincias opositoras y frenó los decretos de Mauricio Macri sobre el IVA y Ganancias liberó políticamente a María Eugenia Vidal para reclamar los fondos que generaron conflicto tras las PASO. Sigue la tensa tregua hasta el 27 de octubre.

La gobernadora tiene previsto reunirse en los próximos días con Macri y con su ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, para buscar un acuerdo político que se ajuste a la medida cautelar dispuesta por la Corte. Los ministros determinaron que ni la quita del IVA a los alimentos ni la modificación en el Impuesto a las Ganancias –dispuestos por Macri tras la derrota del 11 de agosto– pueden ser pagados por las provincias y que el costo fiscal de ambas medidas debe ser asumido por el Estado nacional.

En La Plata, el cálculo que hacen es que a la Provincia le corresponden 7000 millones de pesos. Vidal reclamará esa suma y espera una respuesta positiva, pero de no haberla, el fiscal de Estado, Hernán Gómez, ya tiene lista una presentación similar a la que realizaron las 15 provincias opositoras para quedar en igualdad de condiciones con el resto. Más allá de la necesidad genuina de recuperar esos fondos, Vidal no quiere dejar abierta la puerta a ser demandada por incumplimiento de los deberes de funcionario público al no velar por el patrimonio bonaerense.

En agosto, apenas Macri anunció el paquete de "alivio" que incluyó los dos decretos ahora cuestionados por la Corte, Vidal y sus ministros se ocuparon de mostrar el malestar que había generado que se haga con fondos coparticipables. De hecho, demoraron la definición de las medidas bonaerenses por el "agujero fiscal" que les habían generado y finalmente anunciaron un paquete acotado, con menor impacto fiscal y electoral. No es el único: sigue pendiente el reclamo por la actualización del Fondo del Conurbano.

Tras la derrota en las PASO, la distancia entre ambos equipos –el bonaerense y el nacional– se hizo indisimulable. Hubo facturas al jefe de Gabinete, Marcos Peña, por el rechazo al desdoblamiento, por la campaña digitada por la Casa Rosada y por la polarización extrema con el Frente de Todos.

Vidal arrancó su campaña en silencio, mostrándose cerca de la gente y bien lejos de Macri. Y dilató la foto de la reconciliación con el presidente todo lo que pudo. Tampoco se sumó al arranque de las 30 marchas del #SíSePuede en Barrancas de Belgrano, aunque participó de las dos que se hicieron esta semana en Junín y Bahía Blanca, dos distritos claves de la provincia para Cambiemos. También está previsto que vaya a las marchas de Azul y Olavarría, que serán en los próximos días.

Aunque existe una suerte de tregua acordada hasta el 27 de octubre, Vidal dejó en claro que no quiere subordinar su campaña a la nacional. Y que seguirá haciendo las cosas a su estilo. "No vamos a hacer promesas de campaña como Nación, somos lo que hicimos estos cuatro años", aclaran en el entorno de la gobernadora para diferenciarse de Macri y mostrar que tienen logros que exhibir.

A esta altura, aunque no lo digan en voz alta, nadie cree que sea posible revertir los casi 18 puntos de ventaja que le sacó Axel Kicillof en las Primarias, pero la tropa bonaerense está concentrada en acortar lo que se pueda la brecha para posicionar mejor a Vidal de cara a lo que vendrá después de diciembre.

Con ese objetivo, su equipo inició otra campaña en paralelo y también en silencio: buscar uno por uno a los simpatizantes de Cambiemos que no fueron a votar en las PASO y sumar también a más voluntarios para fiscalizar. "Es un laburo finito que se debió hacer antes de las Primarias pero que va a ayudar a descontar puntos", dice un colaborador. La propia mandataria se subió en los últimos días al mensaje épico de la Rosada para arengar a la militancia: "Como dimos vuelta tantas cosas que eran imposibles, vamos a dar vuelta la elección", dijo el viernes en el sur bonaerense.

Todos los votos que pueda recuperar la ayudarán en su misión de conseguir más bancas legislativas y retener todas las intendencias que pueda para convertirse, después de diciembre, en la jefa de la oposición bonaerense. Ese objetivo la desvela tanto como entregar las cuentas "lo más ordenadas" posible a su sucesor. No quiere que la acusen de no haber dejado plata ni para pagar los sueldos y aguinaldos, como ella le endilgó a Daniel Scioli.

La oposición ya está en alerta: pidió informes para conocer cómo ejecutó el gasto el año pasado y también reclama saber cuál es el monto real de la deuda, en su mayoría en dólares, que adquirió a lo largo de su gestión ya que eso condicionará al próximo gobernador. La otra incógnita es cuál será el estado patrimonial del Banco Provincia cuando termine su mandato. «

INTERIOR

Vidal participará de las dos convocatorias del #SíSePuede de la próxima semana: en Olavarría y en Azul. Su campaña transcurre en distritos del interior donde estima que puede sumar más votos. El Conurbano no está en su radar.