Desde el Norte del Norte, en Jujuy, muy cerca de Bolivia, a más de 1.800 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se viene escuchando el dolor de parto que atraviesa la Iglesia católica jujeña, acompañando a las comunidades indígenas y a los trabajadores que luchan contra la nueva Constitución local: sin dudarlo, consideran que esa reforma constitucional se lleva puesto sus derechos y la Casa Común.
A orillas del Río Grande, en la región de la Quebrada de Humahuaca, el clamor de tres obispos, algunos sacerdotes y una veintena de laicos, entre jóvenes y mujeres adultas, salió a la luz.
En la localidad de Tumbaya, a casi 50 kilómetros de la ciudad San Salvador de Jujuy, se reunieron durante dos días, los obispos Daniel Fernández (en la capital jujeña), Félix Paredes de la Prelatura de Humahuaca, y el franciscano Luis Scozzina, en su condición de titular de la Comisión de la Pastoral Aborigen de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).
A los jerarcas eclesiales los acompañaron en el discernimiento los miembros del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA) y FUNDAPAZ, la Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz es una organización civil, sin fines de lucro, que desde 50 años trabaja por el desarrollo rural sustentable, con los indígenas y campesinos en el norte argentino.
“Nos reunimos con el objeto de reflexionar y buscar algunos caminos que nos permitan acercar soluciones a la situación social crítica y dolorosa de las comunidades indígenas en Jujuy”, aseguran en el documento titulado “Apostamos por la Paz” difundido al final del encuentro, que fue difundido el viernes 12 de julio en las redes sociales de la CEA y a través de su vocero, el sacerdote Máximo Jurcinovich.
En un mensaje directo al gobernador radical y precandidato a vicepresidente, Gerardo Morales, y a su vicegobernador del Partido Justicialista (PJ) -ya intervenido-, Carlos Haquim, exhortaron los obispos y ENDEPA “a generar las condiciones de paz y no violencia, que permitan un espacio de diálogo sincero y concreto que propicie escuchar, proponer y acordar acciones que den cumplimiento al derecho indígena en su plenitud”.
El obispo Fernández, que vive y oficia misa en el centro del poder jujeño, tuvo un gesto que no pasó por alto. Se ausentó de la jura de la nueva Constitución dejando huérfana de fe la reforma de Morales y Haquim, que iban a tardar meses de debate y se apuró en días lo que terminó en masivas movilizaciones reprimidas con violencia (varios jóvenes han perdido los ojos por impactos de bala) y detenciones (algunas de ellas en vehículos no policiales), tal como informó este medio.
En un mensaje a las comunidades los clérigos y los militantes de Dios y el evangelio, llamados en términos eclesiales “laicos”, animaron a la resistencia pacífica y a perseverar “en la búsqueda de la justicia y el resguardo de sus derechos en un marco de tranquilidad y respeto que garantice también el camino de la paz”.
Al finalizar el documento los tres monseñores y creyentes se ofrecieron como canal de diálogo y lo justificaron con una frase de la encíclica socio-ambiental del Papa Francisco, hoy más citada que la biblia por quienes habitan los montes, valles, punas y quebradas: “Las comunidades indígenas se conviertan en los principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en proyectos que afecten a sus territorios”. (Laudato SI, página 146)
También la iglesia jujeña, a puertas cerradas, estuvo discutiendo las acciones legales para presentar frente a la nueva Constitución que la consideran inconstitucional por avasallar derechos ancestrales y a los derechos humanos como del cuidado de la Casa Común. Aseguraron a este periodista desde Jujuy que en las próximas horas presentarán una adhesión a la demanda de inconstitucionalidad (de 68 páginas) realizada el pasado miércoles 12 ante el máximo tribunal de justicia jujeño, por los abogados Alicia Chalabe y Laureano Marina Vilte, de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
Desde la oración y el discernimiento comunitario la iglesia jujeña conoce al detalle que continúa la represión del gobernador y su segundo con las detenciones, ahora a los abogados defensores de los indígenas, como los operativos ilegales como el ocurrido días atrás en la sede universitaria de La Quiaca, repudiada hasta por la propia UCR jujeña, partido de Morales que dirige a nivel nacional. De allí que le claman a la Virgen del Río Blanco y Paypaya que no olvide a su pueblo.
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